“Miro las fotos y todavía no lo puedo creer”

“Ni en los mejores sueños me imaginaba una despedida así. Miro las fotos y todavía no lo puedo creer”. La descripción –con mezcla de orgullo y nostalgia- pertenece a José Luis Fistori, ex futbolista oriundo de Tosquita con paso a puro gol por Atenas y San Martín de Vicuña Mackenna, y hace referencia a una historia que lo vincula con Leopoldo Jacinto Luque. La noticia del fallecimiento del campeón del Mundo 1978 motiva la recurrencia de recuerdos.

La escena se traslada al domingo 16 de abril de 1995 cuando en la vieja cancha de San Martín de Vicuña Mackenna se disputó el partido despedida de la “Chancha” Fistori. Unión Mackennense (Belgrano-San Martín) venció uno a cero a Alianza Moldense (Belgrano-Toro) con gol de Mario Alberto Kempes. Sí, el “Matador”. Los locales se dieron el enorme lujo de contar entre sus filas con el goleador del Mundial 78 junto a Darío Felman y Leopoldo Jacinto Luque.

Según se detalla en el libro “100 años de pasión” (Federico Tosolini – 2020), Kempes marcó el gol de tiro libre y el árbitro Jorge Oviedo expulsó a los defensores José Álvarez (en el local) y Silvio Giordanino (en la visita).

En 1993 Fistori deja la actividad y dos años después toma la dirección técnica de la recién creada Unión entre Belgrano y San Martín, que se disponía a disputar el torneo de Primera C de la Liga Regional. “La idea del partido despedida fue de Pablo Mana –recuerda Fistori- y él fue quien contactó a Luque porque en ese tiempo pasaba por Mackenna cada vez que viajaba desde Mendoza. A su vez tenía vínculo con Kempes y Felman por intermedio de una escuelita de fútbol infantil. Empezaron las conversaciones hasta que se fijó una fecha”.

Síntesis:
Unión (Vicuña Mackenna): Leonardo Coronel; Eduardo Álvarez, José Álvarez (capitán), Daniel Alfonso, Abel Rosales; Ceferino López, Jorge Zalazar, Darío Felman; Leopoldo Luque, Mario Kempes y José Fistori.
Ingresaron Néstor García, Gustavo Alaniz, Fabricio Soteras, Ricardo Mana y Daniel Campos.
Alianza (Coronel Moldes): Jorge Valdez; Fabio Fernández, Silvio Giordanino, Pablo Ángel, Matías Borghi; Luis Cruceño, Gustavo Carignano, Marcelo Acevedo; Sergio Nicolay (capitán); Darío Arnijas y Carlos Alaniz. DT: Miguel Ángel Ayala.
Ingresaron Horacio Ceballos, Guillermo Bovio, Walter Melano y Ezequiel Castro.
Gol: Mario Alberto Kempes (U).
Expulsados: José Álvarez (U) y Silvio Giordanino (A).
Árbitro: Jorge Oviedo.
Cancha: San Martín de Vicuña Mackenna.

“Los tres vinieron todo un fin de semana entero y sin ningún tipo de drama. El sábado se hizo una cena y el domingo se jugó el partido”, relata Fistori. Y agrega: “Son muchos recuerdos que tengo y no lo puedo creer. Tener todo el tiempo a tu lado a tres monstros del fútbol es increíble. Sobre todo, la humildad y el respeto que demostraron”. En particular, el halago tiene un destinario: “Luque era un tipo muy humilde, bárbaro para conversar, compartió un montón de consejos sobre la vida y el fútbol, tanto de jugador como de entrenador. Es algo que quedó grabado de por vida y que jamás voy a olvidar. Hasta el día hoy agradezco haber tenido una despedida así”.

«Luque era un tipo muy humilde, bárbaro para conversar, compartió un montón de consejos sobre la vida y el fútbol.»

José luis fistori sobre el campeón del mundo 78

El asombro también encuentra correlato en el campo de juego. Fistori rememora: “Vos lo mirabas a Kempes y parecía que hacía un año que había dejado de jugar. Luque venía de un desgarro y junto a Felman se le notaba un poco el retiro del fútbol. Tenerlos al lado, en tu equipo, fue bárbaro”. Subraya con orgullo: “Tener en una despedida a dos campeones mundiales es sin dudas la mejor forma de cerrar una trayectoria. Calculá que practiqué fútbol amateur desde los 15 años y en mi último partido estuvieron estos tres monstros, increíble… (suelta una risa en el relato) no tengo nada más que pedir”.

Una historia más del campeón del Mundo que desde Mendoza recorrió distintos puntos del país. José Luis Fistori no se cansa de repetir una sensación inigualable como aquel partido en 1995: “Para mí fue un orgullo y una finalización increíble de una etapa que nos cuesta tanto asumir cuando nos retiramos del fútbol. Haber vivido ese partido despedida es decir ‘bueno, ya estoy listo’”.

La triste noticia aún repercute en el ambiente y ese rebote encuentra refugio en las memorias que atesoran cada registro desafiando al olvido. A partir de entonces, toda evocación o anécdota refuerza la identidad del pueblo futbolero. Todo se convierte en historia y –como dijo Julio Cortázal- solo queda la melancolía, esa recurrencia de recuerdos añejos.

Fuentes: Libro “100 años de pasión” (Federico Tosolini – 2020), Archivo Histórico/Diario Puntal y CEDAT (Centro de Documentación Al Toque)
Redacción Al Toque