Se lo extraña, maestro

“Osvaldo es, además de uno de los más grandes relatores que ha tenido la República Argentina, un periodista excepcional, un histórico, que decidió estar siempre en Río Cuarto evitando Buenos Aires…a quien los relatores conocemos como un número uno. Padre amoroso, entregado totalmente a sus hijas. Va el abrazo a toda la gente de Río Cuarto por un tipo entrañable y querido. El abrazo eterno”, fueron, palabras más palabras menos, las referencias de Víctor Hugo Morales en la despedida a su querido amigo y colega Osvaldo Wehbe.

Un día como hoy, hace un año, el mundo del deporte quedaba convulsionado ante la triste noticia del fallecimiento del “Turco”. Tenía 63 años. Fana de San Lorenzo y simpatizante de Sportivo Municipal. Hijo de Elidia y Alfredo, esposo de Gladys y papá de Camila y Florencia. Compañero de Brando, su perro. La luchó hasta donde pudo. Hasta que se fue a relatar a esos jugadores que ya “no salen más”.

¿Qué siente cuando lo llaman el Maestro de Río Cuarto?

Es un gran orgullo. Es un mote que puso Víctor Hugo por lo generoso que es. Me doy cuenta en estos tiempos de que la gente que escuchó durante muchos años partidos y ha seguido el fútbol, me tiene cierto respeto. Las radios Continental, Cadena 3, LV2 y otras experiencias que he tenido me han permitido posicionarme, pero creo que debieran reconocer a otras personas que no hacen solo periodismo o relatan un partido. Si tuviera que hablar de mí, cosa que no me gusta ni hago mucho, al lado del apellido Wehbe pondría la palabra digno.

“Padece un crónico problema anatómico: tiene la garganta conectada al corazón y viceversa. Su verdadera vocación es emocionar, llegar a lo más profundo de nuestra sensibilidad con la excusa de narrarnos un simple partido de fútbol“, de su compañero Jorge Parodi.

“Entre los relatores de fútbol por radio hay una línea histórica de próceres: Fioravanti, Muñoz, Víctor Hugo y el Turco Wehbe, que hoy pasó a la eternidad”, Mauricio Coccolo, periodista de Cadena 3.

“Se fue el relator del pueblo. El siempre narró con botines y canilleras. Su garganta siempre derramó jugo de gol”, Gustavo “Sapito” Coleoni, entrenador de fútbol.

La despedida de José Sebastián “Cacho” Echeverría > Adiós querido Osvaldo.

Terrenal, dado, generoso. ¡Digno! Hace un año se fue a esperar al «Lobo» Fischer para ser espectador de lujo en sus destellos. Tan maravillado quedó, que decidió quedarse. Sin imaginarse que también iría el más grande de todos: Diego. Su Diego. Sólo muere quien es olvidado. Y acá lo tenemos siempre presente querido amigo. Va ese abrazo, cuervo.

Redacción Al Toque