Fútbol

Violencia en el infanto-juvenil: Cuando el aliento se transforma en agresión

En las últimas jornadas de infanto-juvenil se produjeron incidencias por parte de los diferentes actores que llevó a los árbitros a suspender encuentros, al Tribunal de Disciplina a ejercer sanciones y a los dirigentes a tomar cartas en el asunto. Santiago Mariscotti, responsable de la mesa de decisiones del fútbol formativo de la Liga y presidente de Renato Cesarini, fue uno de los que tomó la palabra y analizó los hechos. Lo que viene sucediendo en nuestro fútbol y la palabra de especialistas.

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Violencia en el infanto-juvenil: Cuando el aliento se transforma en agresión.

En el inicio de la temporada 2023 del fútbol infanto-juvenil de la Liga Regional se vio opacado el espectáculo deportivo por reacciones agresivas de los partícipes de las jornadas. Santiago Mariscotti, uno de los responsables en la toma de decisiones del fútbol formativo de la Liga y presidente de Renato Cesarini (una de las instituciones con más cantidad de chicos), habló sobre los hechos que se vienen desatando en las últimas presentaciones: “Esto no es solamente para algunos clubes, es algo generalizado y preocupante”.

Además, en diálogo con Radio Universidad, resaltó que estos hechos sacan de eje lo fundamental, que es que los chicos se diviertan, crezcan y puedan hacerse en el fútbol.No va a ser un cambio de un día para el otro, pero es un trabajo que hay que tratar de lograr”. Y describió que, en la actualidad, en lo que respecta al fútbol infanto-juvenil, además de insultos a los árbitros, hay agresiones o gritos hacia niños de equipos rivales. “No logro entender la agresividad. Yo los domingos en los partidos de Primera soy fanático de mi club, pero los sábados tenemos que ver disfrutar a nuestros hijos/jugadores”, cerró Mariscotti.

Mariscotti: “Me gustaría dejar un club afianzado y con bases firmes”.
Mariscotti, sobre el comportamiento en canchas de infanto: “No va a ser un cambio de un día para el otro, pero es un trabajo que hay que tratar de lograr”.

Las conductas de violencia en las canchas de fútbol estropean el desarrollo de la actividad deportiva y propician el incremento de la agresividad en los niños y el deporte deja de ser un espacio de recreación.

En la quinta fecha de infantiles el árbitro Nahuel Benítez suspendió el encuentro entre Universidad Nacional de Río Cuarto y Atlético Adelia María en la categoría 2012 por exceso de insultos por parte de los padres hacia el juez. Este y los demás acontecimientos que suceden año a año y fecha tras fecha, no sólo en las categorías formativas, nos invitan a reflexionar y exponer el tema con mayor profundidad para poder entender sus raíces.

  • Lo último ocurrió este sábado con la suspensión de un partido en Sub 17 entre Santa Paula de Carnerillo y Juventud Unida de Coronel Baigorria, como consecuencia del comportamiento de los espectadores.

La sociología, que se centra en los patrones de comportamiento de multitudes, y la psicología social, que atiende la interacción y el modo en que se relacionan las personas, pueden interpretar y analizar el accionar de los sujetos atendiendo cuestiones interrelacionadas.

En una entrevista radial en el año 2016 el sociólogo argentino Pablo Alabarces definió la violencia en el fútbol como un “fenómeno complejo” y que, de por medio, hay un contrato afectivo entre el sujeto y aquello por lo que hincha y defiende. Además, identificó la diferencia entre el fútbol a nivel nacional y a nivel local: “Es mucho más raro encontrar fenómenos de violencia en espectáculos internacionales que en espectáculos locales porque el contrato afectivo entre los hinchas y su club es mucho más fuerte e intenso que el que establecen con las selecciones nacionales”.

La violencia en el fútbol, y en cualquier deporte, estropea el espectáculo y también el ambiente familiar que tanto distingue a los argentinos de cualquier otro lugar en el mundo.

Valentina Ternengo y Magdalena Losada son psicólogas especializadas en el deporte que se desempeñan como profesionales de la salud mental en ámbitos deportivos de la región riocuartense. Ternengo trabaja con el plantel superior de Lautaro Roncedo desde el 2021 e interviene con diversos talleres deportivos de hockey y rugby en las categorías inferiores de Urú Curé, donde juega al hockey en Primera. Por su parte, es el tercer año que Losada trabaja en Fusión Fútbol Club, comenzó con el plantel superior de la institución y este año hizo con una aproximación a las categorías inferiores y juveniles. Además, desde hace uno días, Losada se sumó al plantel superior de Sportivo Atenas.

Las dos profesionales se encargaron de puntualizar en varios factores que promueven la violencia y analizan el comportamientos en las canchas de la región.

Riesgo del alto grado de exigencia en las categorías inferiores

Sobre lo que implica presionar demasiado a los niños en la infancia, Ternengo aseguró que la consecuencia es la presión que llegan a sentir los más chicos de tener que rendir para un padre o una madre. Y comentó que, el fútbol específicamente, es un deporte que tiene la vara muy alta y el acceso a las redes sociales que hoy en día tienen los niños les permite compararse con jugadores de la elite mundial como Messi o Ronaldo. “No está mal tener un sueño, pero es tanto el anhelo de llegar, que si la familia acompaña con presión y violencia, dando el ejemplo de que adentro de la cancha está bien insultar al árbitro y enojarse con un rival, terminan dando un mal ejemplo, fomentan la violencia y destruyen la autoestima y confianza del niño/a, porque le dan herramientas que tienen que ver con que se pueden defender en la vida a través de la agresividad”, describió la profesional de la salud mental y explicó que el problema radica en que, en el mundo del deporte infantil, quienes están observando se convierten en fanáticos y dejan de ser padres.

Losada invita a reflexionar cuál es la intención que tiene el padre que insulta, si desea que su hijo se divierta, si sabe que a su hijo le gusta ese deporte o hay alguna otra intención detrás. “Cualquier deporte formativo es un segundo espacio sociabilizador, está la casa, el colegio y el club que ampara y contiene a ese grupo de chicos que van a recrear”, dijo la psicóloga.

Sobre su trabajo con las categorías formativas que comenzó este año, la psicóloga de Fusión FC, explicó: “Trabajamos en ir regulando y estando ahí para darles la tranquilidad y serenidad de que mientras se diviertan va a estar todo bien”.

Lógica moral masculina

Alabarces, desde la sociología, describió que, junto a ese contrato afectivo de los hinchas, aparece una lógica moral masculina según la cual es obligatorio pelearse por defender los colores o la honra del equipo en determinados contextos. Y comentó: “Hay gran cantidad de gente para la cual pelearse es una satisfacción similar a la de una droga, con la ventaja de que no es una droga”.

Ternengo, apoyándose en la psicología, explica que cuando un grupo de personas, en un determinado momento y situación (como puede ser dentro de la cancha) comparte algo desde el inconsciente colectivo sobre distintos códigos establecidos y sienten que está en riesgo aquello que defienden, como la camiseta o el honor, aparece la agresividad. “Siempre se utilizan distintas terminologías como: “Son hijos nuestros” o “Son unos muertos”, allí viene esta cuestión ancestral y bélica de pensar que quien no gana está muerto”, comentó la profesional.

Losada, por el contrario, discrepó sobre lo que el sociólogo dijo de este hecho y expuso: “Hay hombres y mujeres muy pasionales con reacciones interpretadas de forma violenta. No creo que solamente recaiga sobre la imagen del hombre”, y describió que es un fenómeno que tiene mucho que ver con los esquemas formativos que se desarrollan en cuanto a la afectividad y no por el género.

Accionar de los jugadores dentro del campo de juego

Los hechos de violencia en las canchas no sólo se despliegan en las hinchadas. Dentro de la cancha muchas veces los jugadores se ven sobrepasados por los factores, internos y externos, y actúan de manera desmedida en situaciones que no pueden controlar. Las psicólogas explicaron qué sucede a nivel emocional que impide controlar estos impulsos durante el transcurso de un partido.

Ternengo argumentó que durante un partido se ponen en juego muchos aspectos de la agresividad humana que son necesarios para competir. “El súper yo nos dice lo que está bien y lo que está mal desde lo interno. Sabemos que no podemos ir a pegarle al árbitro o a otro jugador. Sin embargo, muchas veces gana esta parte primitiva que tiene que ver con generar un impacto en el otro desde lo físico o desde lo verbal y eso genera un incremento de la violencia”, describió.

A su vez, explicó que cuando un jugador no está transitando un buen momento puede canalizar esa agresividad en el deporte de una manera que le sirva como descarga positiva sin desbordar sus emociones o, por el contrario, canalizarla de mala manera y generar actos de agresividad.

Losada: «Cualquier deporte formativo es un espacio sociabilizador».

“En los momentos de competencia tenemos menos tiempo y es cuando más aflora la emoción. Como en ese momento no tenemos a dónde anclarla es que hacemos el pasaje al acto (concepto que tiene que ver con la reacción más desde el impulso que se da en la infancia e implica la no metabolización de la emoción)”, dijo Losada y afirmó que en esos momentos es sumamente difícil poder anclar las emociones.

También explicó que en esas situaciones no hay tiempo para darle lugar a la comprensión de los procesos psicológicos y el futbolista puede caer en actos como meter un codazo mal intencionado, dejar mal el pie o buscar agredir y lastimar al otro y comentó que estas situaciones de violencia que se ven en las canchas no están lejos de lo que en la actualidad se refleja en la sociedad.

Repercusión de la violencia en las tribunas

Cuando el ambiente dentro del campo de juego se vive con mucha intensidad y hay roces entre los jugadores, las hinchadas directamente comienzan a vivir el encuentro de la misma manera.

Losada explicó: “El hincha siempre vive el partido como si lo estuviese jugando él” y comentó que depende de la fortaleza y de los recursos de quienes están ejecutando tareas dentro de una cancha para no entrar en la misma lógica que se vive fuera del campo de juego. “Hay personas a las que el grito de la tribuna les influye, los presiona y están muy atentos a eso. Hay otros que quizás lo escuchan, saben qué pasa, pero tienen el recurso para no darle importancia. Tiene que ver con la personalidad y con la herramienta de cada uno de los deportistas”, describió.

Por su parte, Ternengo advirtió que el fanatismo produce la no importancia de quién es la persona que está en frente. “Si estamos perdiendo comienzan a pensar: ‘nos van a gastar’, ’vamos a ser la burla de todos’ y se genera una masa en la cual ya no hay un pensamiento racional”, expuso. Podemos pensar que esa irracionalidad es la que muchas veces desata actitudes desmedidas de agresión.

Importancia del rol del psicólogo

Los psicólogos son profesionales que, en el ámbito deportivo, pueden aportar una asistencia a los deportistas para gestionar y controlar emociones, además de mejorar el rendimiento deportivo. En los últimos años muchos son los clubes que han incorporado en sus equipos de trabajo a profesionales de la salud mental. En Río Cuarto y la región los clubes lo hicieron son Lautaro Roncedo y Fusión Fútbol Club. Podemos detenernos y pensar, ¿Cuál es la importancia de estos profesionales en el fútbol?

Losada asegura que hay una necesidad muy grande de los clubes que forma parte de un proceso de renovación y actualización que muchas instituciones deportivas comenzaron a emprender. “Hay un imaginario de cuál sería el rol que puede desempeñar un psicólogo en el deporte y siempre nos imaginan en un consultorio, haciendo clínica y tratando problemas de índole individual”, reveló.

En la misma línea, Ternengo declaró que hay un desconocimiento del rol y que, la mayoría de las personas, creen que el psicólogo tiene que potenciar a los deportistas y hacerlos jugar mejor, pero hay muchas cosas por detrás que no se conocen. “El psicólogo viene a dar esa mirada y ese espacio que los jugadores no encuentran en un dirigente, en el cuerpo técnico o en los compañeros que pueden estar acompañando, pero están en la misma que ellos. El psicólogo contiene, acompaña y eso, por resultado, genera un mejor rendimiento”, concluyó la licenciada.

Fotos: Al Toque / gentileza Ternengo y Losada
Fuente: Radio Universidad
Redacción Al Toque

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