Rugby
“Hay que tacklear sin distinción de género”
El Aero Club comenzó el año con entrenamientos en conjunto tanto en su plantel masculino como en el femenino. Con la pandemia, los trabajos en el equipo “tricolor” están frenados de manera presencial. La palabra del Head Coach, Federico Morelli.

La pandemia obligó a los clubes a tomar diferentes medidas para encausar su rumbo a través de las restricciones. Una de las estrategias más llamativas fue la tomada por Aero Club.
El conjunto “tricolor” inició la pretemporada de este año con entrenamientos de rugby tanto en su plantel masculino como femenino, todos juntos.
Hoy por hoy, el parate produce que cada jugador y jugadora entrene de manera individual en sus casas y sin poder asistir a las instalaciones. La deserción es difícil de evitar, aunque el trabajo en equipo identificó aún más a los rugbiers con Aero Club.
Federico Morelli es, desde principios de este año, el Head Coach de rugby del equipo “tricolor”, para ambas ramas. El entrenador dialogó con Al Toque Deportes en medio de los trabajos a distancia para explicar su proyecto al frente del Aero Club.
– ¿Cómo llegaste a Aero Club? ¿Cómo te convocaron?
– En realidad ya trabajé hace un tiempo en el Aero Club, durante los primeros dos años. Por mucho tiempo había dejado de entrenar equipos de rugby. A fines del año pasado, me ofrecieron volver y tenía ganas. Me encontré con un club diferente al que dejé, con instalaciones espectaculares: tres canchas, vestuarios, quinchos y depósitos de buena calidad. Está creciendo de gran manera en cuanto a la infraestructura. Con respecto al material humano me encontré con un plantel reducido en cantidad de gente. El 2020 con este parate eterno que tuvimos, al no poder entrenar ni competir, fue algo que destruyó a los clubes.
– ¿Cuál fue tu propósito inicial para afrontar esta temporada?
– Este año empezamos con mucha gente que ha terminado sus carreras universitarias y se volvió a sus pueblos, pero con muchas ilusiones renovadas. Comenzamos un Torneo Preparación con muchas ilusiones, con modificaciones en el torneo con respecto a lo que quedó en el tintero años anteriores ya que se hicieron menos viajes. Otra vez el parate nos vuelve a enfrentar, les da un desánimo importante a nuestros jugadores y para todos los clubes.

– ¿Cómo llevan actualmente los trabajos con los planteles?
– Se hace muy difícil encontrar motivación para seguir entrenando. Los chicos por su cuenta salen a correr al aire libre y el club se encuentra cerrado por esas restricciones. Intentamos hacer actividades individuales, se hace muy difícil juntar a los jugadores y que ellos tengan la posibilidad de entrenar por sí mismos. Para estos clubes que están creciendo día a día se hace muy complicado.
– ¿Cómo se lleva a cabo una planificación en este contexto?
– Planificar en estas circunstancias es muy difícil, porque tenemos horarios muy restringidos en la posibilidad que la gente se pueda trasladar, que generalmente es cuando terminan de trabajar. Clases virtuales no estamos haciendo, pero mandamos lo que se debe trabajar en el día. Hasta que estaban abiertos los gimnasios hacían la parte de fuerza ahí. Mientras no podamos volver al club y que no tengamos certezas de que se pueda competir para mantener la motivación, se va a hacer muy difícil. Tenemos entendido y asumido que en ningún club de la ciudad hubo brotes de la enfermedad en los entrenamientos. Trabajamos con muchísima atención en los cuidados y protocolos, y nos desanima que no nos permitan trabajar con tranquilidad en estos lugares que sabemos que no son de contagio y que, además, hacen que la gente salga de la calle.

– Eligieron trabajar con entrenamientos mixtos la primera parte del año, ¿qué podés decir de esta idea?
– A diferencia de lo que el Aero venía haciendo hasta el año pasado, este año la propuesta fue encontrarnos para entrenar todos juntos, masculino y femenino. Eso nos da un acercamiento mayor a la disciplina. Si bien las chicas tienen un rugby de menos jugadores, de seven, y una parte del entrenamiento diferente porque las disciplinas son distintas, la parte física y concepto de juego lo trabajamos todos juntos. Eso a mí me vino muy bien, nunca había estado con rugby femenino, ni siquiera había visto entrenamientos y fue una grata sorpresa. Hay un plantel reducido en cantidad de jugadoras, pero está muy bien aceitado y trabaja muy bien. Conocí a algunas de las chicas y por lo que venían hablando era un plantel más caudaloso, pero ahora hay unas 15 o 17 jugadoras que tienen presencia y asistencia a los entrenamientos, lo que va a generar que se sumen más. También hay algunas juveniles entrenando que siempre es un punto a favor. He visto que la disciplina creció demasiado y eso es muy bueno para el deporte en general. El Aero Club lo ha sabido capitalizar.
– ¿En qué aspectos pueden trabajar en conjunto y cómo repercute esto en los planteles?
– En cuanto a la decisión de entrenar en conjunto, fue porque en definitiva lo que estamos haciendo es rugby, independientemente del sexo. En la parte del contacto y destrezas tratamos de hacer un trabajo individualizado con los planteles, pero en las cosas básicas del deporte lo hacemos juntos, ya que nos hace bien. Esto es rugby, hay que tacklear sea masculino y femenino, sin distinción de género. Así lo encaramos, también sumamos a los veteranos a los horarios de entrenamiento. De esta manera hablaremos todos el mismo idioma en el campo de juego.

– ¿Cómo es el proyecto con las infanto-juveniles?
– De inicio, en las primeras reuniones que tuve con los dirigentes del club, había que potenciar el rugby infantil para generar jugadores a largo plazo. Creo que es un acierto, no solamente generar jugadores para el plantel superior. Así se desarrolla un club de rugby en todos sus aspectos: pensando en que cada uno de los chicos a medida que pasen los años va a seguir ligado al club.
Foto de portada: Florencia Tissera
Redacción Al Toque
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