Rugby

Qué desafíos se plantea el rugby femenino riocuartense para el 2024

Aero Club, Jockey Club Río Cuarto y Mirage experimentaron el Torneo Desafío en 2023 y destacaron diferentes conclusiones en sus participaciones. Hubo jugadoras convocadas a la Selección Argentina de Rugby y un programa provincial para potenciar las formativas en la ciudad.

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Qué desafíos se plantea el rugby femenino riocuartense para el 2024.

Corren los primeros meses del 2020. La pandemia golpea con dureza al rugby. El Mundial femenino debió jugarse en ese lapso y fue postergado para un año después por esa razón. Algunos coletazos de la crisis se están observando nada menos que en Inglaterra, la cuna del rugby y donde el presupuesto que maneja la Rugby Football Union (RFU) es considerablemente mayor al del resto de las Uniones.

En ese contexto de reducción de ingresos y de un mercado que no abre todavía suficientes fronteras, la World Rugby busca que la expansión del femenino contribuya para que el rugby sea un deporte más global. Pero el camino es largo y complicado.

En Argentina, de acuerdo al último relevamiento de la UAR (Unión Argentina de Rugby), el número de mujeres se incrementó en un 121% en los últimos cinco años y actualmente unas 7.348 chicas practican este deporte en nuestro país. Aunque la mayoría lo hace directamente desde una Primera División y con edades que pasan los 16/17 años.

El mayor inconveniente aquí reside en que no hay mujeres en las categorías infantiles, que en la Argentina son indispensables y formativas 100 por ciento. Son pocas en Juveniles y mayoritarias en la división Superior, donde llegan desde otros deportes. Y en la enorme porción de los clubes, las mujeres juegan al hockey. Incluso, como deporte recreativo optan por el fútbol.

Si a eso se le agrega una cultura aún machista –”el rugby es para los hombres”– y que los padres prefieren que sus hijas no se golpeen, el cuadro es todavía más complicado. Hay esfuerzos individuales y de clubes que se involucran buscando que el rugby de femenino se amplíe, pero falta desde las estructuras un interés genuino que no pase sólo por una cuestión de discurso y de marketing, sino por el compromiso y la difusión.

Casi todas las mujeres que están involucradas en el rugby argentino, incluso a nivel local, no lo jugaron desde chicas. Muchas tampoco vienen de familias de rugbiers ni pertenecieron a clubes de rugby. Han entrado en los finales de la adolescencia y, en numerosos casos, viniendo de otros deportes. Se insertaron, con pasión y coraje, en un mundo desconocido para ellas. Abrieron las puertas, pero lo que está en construcción reciente es el necesario recorrido de abajo hacia arriba: insertar el rugby en las infantiles.

Ya se empezó a generar el hábito de mezclar a chicas y chicos en entrenamientos y partidos. Es también una forma de combatir la discriminación, de acentuar el respeto, pero para las mujeres significa además un paso esencial para ir formando su cultura rugbística. Será de a pasitos, ya que al menos en la Argentina en varios clubes existe una especie de ley no escrita: el hombre va al rugby y la mujer, al hockey. En el fútbol eso ya se rompió.

En la ciudad hay tres clubes que apuestan constantemente al rugby femenino: Aero Club, Jockey Club y Mirage. En mayor o menor medida son constantes sus participaciones en los torneos que organiza la Unión Cordobesa, buscan romper con esa lógica mencionada anteriormente, y hasta han conseguido logros a nivel provincial.

Para este 2023, la Unión Cordobesa de Rugby creó el Torneo Desafío para el rugby femenino, con una novedad: se disputó en formato Ten, de diez jugadoras. Esta fue la primera competencia Ten desarrollada en la provincia para el rugby femenino. Las instancias finales se dividieron en tres copas: oro, plata y bronce. Aero Club jugó la zona de oro, mientras que Jockey Club Río Cuarto y Mirage formaron parte de la zona de bronce. En la de oro, fue campeón Universitario de Córdoba; en la de plata lo fue Jockey Club de Villa María; y en la de bronce se coronó Jockey Club Río Cuarto.

Acá hay que destacar una diferencia entre Aero Club y Jockey/Mirage en Río Cuarto. Aero es un equipo afianzado en su primera división, pero no cuenta con un gran desarrollo divisiones juveniles todavía. De todas formas, ha logrado que varias de sus jugadoras sean captadas a nivel provincial y nacional. Este año, tres jugadoras de las “aviadoras” (Yamila Bequi, Brisa Pellizzari y Belén Ochoa) fueron convocadas para el Inter Academias Femenino de la Unión Argentina de Rugby en Buenos Aires, que constó de dos días de entrenamiento con distintas jugadoras de todos los puntos del país bajo la órbita de Yaguaretés, la Selección Argentina de Rugby Femenino.

Aero Club participó en la zona de oro en el Torneo Desafío de la Unión Cordobesa de Rugby.

En cuanto a Jockey y Mirage, ambos tienen divisiones juveniles de rugby femenino y apuntan mucho de su trabajo al desarrollo de nuevas jugadoras. En 2022, Jockey inició con el programa “Probá Rugby”, que constó de distintos encuentros en el club para convocar a niñas, adolescentes y también adultas a que conocieran la disciplina y, eventualmente, sumarse.

Mirage, por su parte, es la cabeza de organización de varios encuentros que se han realizado a lo largo de estos años, usualmente siendo el anfitrión.

En esas divisiones inferiores de Mirage, la jugadora Lara Ortolano este año fue convocada para participar (junto a Brisa Guzmán, de Athletic) de una serie de entrenamientos con tres días de concentración dedicados a jugadoras juveniles realizados en el CeNARD por parte de Yaguaretés.

Desde Mirage, Lara Ortolano fue convocada para participar de una serie de entrenamientos con tres días de concentración dedicados a jugadoras juveniles realizados en el CeNARD por parte de Yaguaretés (Selección nacional de rugby femenino).

Tres protagonistas de los clubes mencionados realizaron un balance de año en cuanto a competencia, estímulos y difusión y adelantaron los próximos desafíos para el 2024.

Camila Sabanes, capitana de la primera división de Aero Club, dijo en cuanto a objetivos y aspiraciones: “El objetivo del año en lo competitivo era jugar contra los equipos más fuertes y aprender de cada uno. En cuanto al equipo seguir manteniendo nuestra característica de permanecer unidas y apasionadas por jugar, que a veces todas las negativas que nos vamos encontrando nos hacen más fuertes y realmente le ponemos el cuerpo y corazón”.

Como el rugby femenino en el país aún no es profesional ni rentado, las jugadoras que quieren dedicarse deben hacerlo todo a pulmón.

Tal vez hay que mejorar la difusión del deporte, así más personas lo conocen y se suman. También la accesibilidad en cuanto a costos económicos y transporte, por ejemplo, nuestro club el Aero queda bastante lejos, siempre nos acomodamos para llevar o traer a quien necesite. Y para que existan más y mejores competencias deberíamos mejorar el nivel de juego teniendo más cantidad de partidos de alto nivel. También recibir ayuda económica sería positivo, desde el interior viajar a la capital es costoso. Intentar tener más partidos también implicaría un mayor gasto, aunque siempre con el plantel realizamos rifas. Vendemos todo lo que podemos para juntar plata para poder ir a jugar”, dijo Sabanes.

Por su parte, Simón Ruano fue la voz de Jockey Club. Simón fue entrenador durante muchos años del equipo de primera división, pero a fines de este año dio un paso al costado para dedicarse exclusivamente a la coordinación general del rugby femenino de Jockey Club con enfoque principal en el desarrollo de las categorías juveniles.

“La obtención de la copa de Bronce en el Ten nos posicionó en el séptimo lugar a nivel Córdoba, eso es sumamente positivo porque cada vez estamos un escalón más arriba en la provincia. Más allá de ese logro, hace varios años estamos trabajando en el bloque juvenil, algo sumamente difícil porque son pocas las mujeres que se suman en esas edades. Dentro de eso se han realizado jornadas de Probá Rugby, hubo más encuentros y mucha más difusión, y obtuvimos mejores resultados en nivel y experiencia. Luz Abril Rivero fue seleccionada al equipo de Córdoba que participó de los Juegos Evita, esa es una señal de que todos los años este deporte toma popularidad, visibilidad e incrementa en cantidad de jugadoras”, detalló Ruano.

Y agregó: “El flujo de personas ha sido de 30 a 40 personas en el año, pero tenemos que terminar de captar esa gente que está de paso. El rugby femenino juvenil en Río Cuarto hace su camino, somos dos clubes los que hacemos más foco en esa formación y eso asegura que acá a unos años haya una buena base en Primera. Un dato a tener en cuenta es que después de Córdoba capital, Río Cuarto es la ciudad con más equipos juveniles y rugby femenino en mayores, eso no se repite en otra ciudad de la provincia”.

Simón Ruano, entrenador del rugby femenino del Jockey Club.
Simón Ruano, entrenador del rugby femenino del Jockey Club.

Desde Mirage, Lara Ortolano fue convocada para participar de una serie de entrenamientos con tres días de concentración dedicados a jugadoras juveniles realizados en el CeNARD por parte de Yaguaretés (Selección nacional de rugby femenino).

“Fue una meta que me había propuesto desde que arranqué a practicar rugby. Quizá me faltó mucha más competencia local para ponerme a la par del resto, pero me veo con futuro para seguir en Jaguaretés”, comentó Ortolano.

Y dejó su visión sobre la actualidad de la rama femenina en el rugby: “Considero que estamos creciendo en la ciudad, pero nos falta mucho; la mayoría de los equipos tiene fusiones en cuanto a edad porque no llegan en cantidad de chicas por divisiones. Pero se abren oportunidades con este tipo de convocatorias. En el rugby hay muchos valores, y la gente de mi edad (17 años) debiera experimentar al menos una vez, esa sería una manera de seguir creciendo”.

«Se abren oportunidades con este tipo de convocatorias», dijo Ortolano tras experimentar entrenamientos con las formativas de Jaguaretés.

El rugby se ha desarrollado en toda la república y en todas las provincias se pueden detectar jugadoras con talento y proyección. Río Cuarto es un ejemplo claro de jóvenes con un gran futuro.

En cuanto a la modalidad de juego, el rugby femenino es exactamente igual al masculino. Se juega con las mismas reglas, se entrena de la misma forma y existe en sus mismas modalidades.

“En Río Cuarto, el rugby femenino tiene que sumar más cantidad de niñas, infantiles y juveniles. Ya hay tres clubes que tienen rugby femenino, pero ninguno tiene un importante número de juveniles y ellas son las que le darán un futuro a este deporte. Sumar chicas desde pequeñas, y de todas las edades es uno de los desafíos”, avizoró Camila Sabanes.

Fotos: gentileza clubes
Redacción Al Toque

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