Fútbol

“Cacho” Prizzón: “Abrir la escuelita fue un volver a vivir, porque los niños me llenan el alma”

Homenaje, formación y solidaridad, esas máximas reúne la Escuela de Fútbol “Mariano ‘Hueso’ Prizzón” que inició sus actividades en mayo del 2021. A siete años de la desaparición física del ex futbolista, su padre encontró un poco de amparo entre 200 niños que asisten día a día.

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“Cacho” Prizzón: “Abrir la escuelita fue un volver a vivir, porque los niños me llenan el alma”.

Un día como hoy, hace siete años, nos dejaba físicamente Mariano Prizzón a su corta edad de 34 años. “Hueso”, como lo conocía el ambiente del fútbol regional al volante central con pasos por Universidad, Atenas, Santa Paula de Carnerillo, Sportivo Municipal, entre otros.

Prizzón dejó este mundo tras protagonizar un desafortunado accidente automovilístico cuando se dirigía por ruta 36, cerca de la Universidad de Río Cuarto.

Cinco años después su familia encontró un poco de consuelo dentro del fútbol, uno de los lugares más predilectos de Mariano. Más precisamente su padre Oscar, “Cacho”.

El 2 de mayo del 2021 se puso en funcionamiento la Escuela de fútbol “Mariano Prizzón”, que reúne a niños y niñas que van desde los 4 a los 12 años, y tiene entrenamientos de lunes a viernes con horarios matutinos y vespertinos. El proyecto, que se escenifica en el Complejo El Águila (Río Negro 1680 – Río Cuarto), lleva el nombre del recordado futbolista.

La escuela está a cargo del padre de “Hueso”, Oscar “Cacho” Prizzón, que hace las veces de Director. Mientras que Marcelo Ortiz es Coordinador General y los profesores Emilia Berton y Francisco Benítez llevan adelante los entrenamientos. Actualmente cuentan con 200 niños y niñas.

“Seguramente es el mejor homenaje para Mariano, porque una de sus pasiones era el fútbol. Primera la familia y amigos, y después el fútbol. Es por eso que intento hacer lo mejor en este espacio e imagino que siempre está presente, seguramente él lo hubiera hecho mejor si le tocaba”, dice Oscar.

“El principal objetivo es educar, el respeto entre pares. Tratamos de inculcar un poco lo que era Mariano, con el ejemplo. En nuestra escuelita no hay sobrenombres y todos somos iguales. Nosotros tratamos de acompañarlos en todo el proceso de crecimiento y hacerlos mejores personas. Acá la competencia está de lado, participamos de encuentros con otras escuelas, clubes y equipos de Río Cuarto y la región, aunque lo primordial es la diversión y el buen momento”, detalla el director de la escuelita.

“El principal objetivo es educar, el respeto entre pares. Tratamos de inculcar un poco lo que era Mariano, con el ejemplo», dice el padre de «Hueso».

La Escuela es apadrinada por la empresa frigorífica Land L, quien hizo las inversiones de más rigor para este proyecto y acompaña constantemente a los partícipes. Cabe agregar que no tiene fines de lucro, recibe a niñas y niños de cualquier punto de la ciudad con el objetivo principal de la formación y contención social. Por intermedio de la Fundación Honrando Valores también recibe aportes.

A partir de ese lazo es que “Cacho” es el director, ya que trabajó más de 40 años en el frigorífico y en época de pandemia recibió el ofrecimiento.

 En ese marco, detalla: “Ante el primer ofrecimiento no quise. Con el tiempo, por conversaciones con mi hijo Guillermo y Marcelo Ortiz, acepté y lo encaramos. Fue un volver a vivir, me encanta lo que se ha creado, porque los niños me llenan el alma”.

“Sinceramente no esperaba lo que generamos, sobre todo la explosión de chicos de este año. Ya tenemos 200 niños y niñas en la escuelita y otros 30 en espera por el tema de espacios. Les seguimos enseñando a nenes y nenas de 4 a 12 años, a las chicas se estiró un año más. Nuestra cuota tiene un costo mínimo de 800 pesos para el que pueda pagarlo, no es un impedimento la cuota para que el niño se acerque a nuestro lugar, porque lo hacemos sin fines de lucro y con causas benéficas”.

“Tenemos diferentes puntos elegidos a la hora de realizar donaciones, como el asilo San José, el cottolengo Don Orione, geriátricos, copas de leches y ayudas personales a gente que necesita operaciones o tratamientos y no puede costearlos”, señala “Cacho”.

Guillermo y Oscar Prizzón, hermano y padre de Mariano, se unen en la escuelita que lleva el nombre del ex futbolista.

Para este domingo 27 de agosto la escuelita tiene planificado un nuevo encuentro, donde realizará diferentes actividades y llenará de sorpresas a sus concurrentes. Oscar “Cacho” Prizzón volvió al ruedo y lo hace con los más chicos. El padre de “Hueso” rinde homenaje y suma su granito de arena en la contención. Mariano está más presente que nunca.

“Hueso” amigo

El fútbol une, genera lazos entre personas y hasta crea un microclima dentro de nuestra cultura. El juego y la vida se entrelazan y van generando relaciones y amistades que se eternizan.

Parte de eso generó Mariano Prizzón dentro de la Liga Regional de Río Cuarto. Dejó su recuerdo en cada institución que pisó y uno de sus amigos más cercanos, que prefirió reguardar su identidad, especificó lo que significaba la presencia del mediocampista.

“Con Mariano nos conocimos en Córdoba, en un baile de la Mona Jiménez (2004), después dio la casualidad de que su hermano Guillermo recaló en Municipal (2008) y a mitad de ese año, Mariano también se sumó al club. Yo era el delegado de la primera y ahí nació la amistad. Mariano no solo participaba en la ‘M’ en lo futbolístico sino que siempre que había alguna actividad social ayudaba muchísimo a todos, pero siempre en ese anonimato y ese carisma que lo caracterizó a lo largo de su vida. Cuando se fue del club dejó su huella. Infinitas amistades y hasta era padrino de la nieta de Rufino Benítez (actual dirigente de Municipal). Y quedó nuestra amistad siempre”.

“Compartíamos dos pasiones, su Carlitos Jiménez y nuestro Belgrano de Córdoba. Eso nos mantuvo unidos hasta que nos dejó físicamente y nos sigue manteniendo conectados en cada partido del ‘pirata’ o en algún tema de Jiménez. Mariano como amigo, no solo lo puedo decir yo, te lo puede decir cualquier persona que lo haya conocido. Un tipo sencillo, que solo al hablarte ya te hacía parte de su historia. Y vos sentías que tu historia se iba a cambiar para siempre con alguien así en tu entorno. Sus consejos, su forma de vivir la vida, y su forma de unir clases sociales sin importar si tenías o no tenías. Todos eran iguales para él”.

Prizzón, Nicolás Brito (actual jugador de Belgrano), Valentín Nievas, Diego Brito y Agustín Novillo (jugador de Atenas) en un Belgrano – Boca disputado en el Kempes. El «pirata», una de las pasiones del «Hueso».

Universidad, la primera graduación de Prizzón

El 27 de noviembre de 2005 Universidad Nacional de Río Cuarto goleaba a Renato Cesarini por 3-0 en cancha de Banda Norte, se imponía en la serie de Reválida y ascendía por primera vez en su historia a Primera División A. Ese equipo dirigido por Fabio Gutiérrez contó en sus filas con Mariano y su hermano Guillermo, en una de las primeras veces que compartieron cancha.

La “Uni” disputó diez partidos en aquel Clausura, quedó libre en uno, ganó seis, empató tres y cayó en una oportunidad (en la séptima fecha 2-1 versus Deportivo Río Cuarto). Fue campeón de ese torneo y luego cayó en la final ante Municipal de Adelia María (campeón del Apertura), que se quedó con el primer ascenso.

La “U” tendría revancha. Complicada pero revancha al fin. Se enfrentaría a Renato Cesarini, quien militaba en Primera División A y venía con antecedentes a favor en duelos por Promoción o Reválidas. La ida terminó 1 a 1.

En la revancha se enfrentaron en cancha de Banda Norte, donde Renato hizo de local. La victoria fue contundente para Universidad, que goleó 3-0 y consiguió el salto histórico a la élite. El recordado Mariano “Huesito” Prizzón abrió la cuenta a los 12’ del complemento, mientras que Bruno Mandorlini y Aldo Barroso estiraron diferencias.

Prizzón (centro – abajo) permaneció en Universidad hasta 2007.

Ese grupo de Universidad organizaba una cena año tras año con el objetivo de recordar el ascenso, la última fue en 2015, donde también disputó un partido con los campeones del 2009 (los otros ascendidos). La pérdida del “Hueso” fue un duro golpe, la llegada de la pandemia también: la delegación dejó de festejar aquella gesta, aunque las intenciones de volver a reunirse están latentes.

“Mariano jugaba mucho con el corazón, inteligente y de mucha entrega. Si jugaba él sabía que dejaba el 100, medio ‘chispita’ pero siempre necesario. Fue uno de los responsables del gran grupo que armamos en Universidad, llegaba y era la alegría del lugar”, recuerda su ex DT Fabio Gutiérrez.

Y agrega: “En la final con Renato Cesarini jugó de volante por izquierda y su hermano Guillermo lo hizo por el medio. Ese partido es el que más recuerdo en mi carrera, lo más inolvidable por lo que significó”.

Santa Paula de Carnerillo 2008, Mariano y Guillermo Prizzón compartieron nuevamente equipo.
Sportivo Municipal 2009. Mariano Prizzón compartió equipo con el arquero Ramiro Armengol, su cuñado y esposo de su hermana Valeria.

Fotos: Gentileza Focus Río Cuarto / archivo Al Toque
Redacción Al Toque

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