Daniel Zufiaurre, padre de Iker tras su debut en Boca: “Es el cumplimiento de su sueño”

Boca Juniors igualó sin goles en su debut en fase de grupo de Copa Sudamericana ante Nacional de Potosí – Bolivia. El duelo contó con varias particularidades, una de ellas tuvo que ver en el once inicial suplente que utilizó el “xeneize” y los cuatro debuts de juveniles surgidos en el Boca Predio que ingresaron en la etapa complementaria.

Esto último fue la nota final de una jornada atípica por donde se mire: jugar a casi 4000 metros de altura, después de haber viajado en camionetas 4×4 para llegar a destino y ante un rival al que Boca jamás había enfrentado.

Cuando Boca sentía los efectos de la altura y el equipo local sentía que podía quedarse con los tres puntos, el técnico “xeneize” no dudó en poner a los jóvenes para meter piernas frescas en la cancha, además de los que habían iniciado el partido. Con un agregado: además de Lautaro Di Lollo, que fue titular, otros tres hicieron su estreno con la camiseta azul y oro. Más claro: el Xeneize cerró el partido con el siguiente equipo, desplegado en un dibujo táctico 5-3-2: Leandro Brey (21 años); Ariel Molas (19), Di Lollo (20), Aaron Anselmino (18), Nicolás Valentini (22) y Marcelo Saracchi (25); Jorman Campuzano (27), Milton Delgado (18) y Ezequiel Bullaude (23); Iker Zufiaurre (18) y Darío Benedetto (33). Siete jugadores jóvenes, la mayoría sin rodaje en primera, para jugar los minutos finales: esa formación arroja un promedio de edad de 22 años.

Y no estuvo mal lo ideado por Martínez. Porque la apuesta fue fuerte y los chicos estuvieron a la altura. De hecho, el DT los elogió en la conferencia de prensa: “Me voy contento porque pudieron debutar varios chicos de la reserva y uno siente que están preparados para jugar en Boca, con la responsabilidad que eso significa”.

Entre los nombres que sumaron sus primeros minutos en la Primera del elenco de La Ribera se encuentra Iker Zufiaurre, joven delantero de 18 años que hizo sus primeros pasos en el fútbol en su Adelia María natal. Más precisamente en el Club Atlético.

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Zufiaurre encandiló a Diego Martínez en la pretemporada: lo promovió para que se entrene a la par del plantel profesional e incluso lo utilizó en un amistoso informal ante Estudiantes de Buenos Aires. Tanto entusiasmo genera que Boca ya lo blindó la semana pasada: tiene contrato hasta diciembre de 2028 y una cláusula de rescisión de 20 millones de dólares.

Iker llegó a Boca a los 12 años y allí realizó todas las divisiones formativas. Empezó como enganche, pero con el paso de los años se fue adelantando en el campo hasta su rol actual: extremo o delantero de área. Fue una de las figuras del equipo juvenil “xeneize” que, en 2022, con un gol suyo de penal, le ganó a River la Copa Evo en Bolivia.

Afirmado como titular en la Reserva, se destacó en la reciente Copa Libertadores Sub-20 realizada en Uruguay, donde el “xeneize” fue subcampeón. En su estreno absoluto en Primera reemplazó a Lucas Janson a los 17 minutos del complemento.

Su padre, Daniel Zufiaurre, dejó sus sensaciones tras el debut de su hijo en la Primera de Boca y detalló cómo transitó su camino hasta iniciar la carrera profesional.

“Lo primero es acordarme de cuando fue por primera vez a las pruebas de Boca, de cuando se tuvo que quedar y lo duro que fue todo eso. Es el cumplimiento del sueño de Iker”, señaló Daniel.

Y dio a conocer: “Nosotros estuvimos el fin de semana largo en Buenos Aires y lo vimos jugar con la Reserva. Después pensábamos en quedarnos para el siguiente partido que era ante River en Reserva, pero se nos hacía muy larga la semana. Siempre pensamos en esa opción en cuanto a calendario, nunca nos imaginábamos que podía viajar a Bolivia con la Primera. Nos enteramos el sábado y fue toda una alegría. Desde ahí empezamos a sacar cuenta e imaginar ‘no viajó tal, puso a tal’ y quizá pueda sumar minutos”.

Sobre el momento del debut, el padre de Iker especificó: “Estábamos en mi casa en familia, lo pasaron por DirecTV y, como hay algunos que no tienen, nos convocamos acá. Lo que está viviendo el pueblo es un párrafo aparte, acá hay varios clubes, diferencias sociales, pero en el caso de Iker se unieron. Todo el mundo me para, nos felicita y le desean lo mejor. El año pasado Boca lanzó una encuesta por redes para elegir al mejor juvenil, y a Iker lo votó todo el pueblo, llegó hasta las instancias finales. Algo increíble”.

En referencia a los minutos que sumó en Bolivia, Daniel opinó: “Lo vi bastante decidido, a pesar de no jugar de lo que él normalmente hace. Entró muy bien, sin miedo, en la primera pelota encaró a los defensores, y de hecho en la última del partido pudo haber definido si es que Sarachi la tiraba para atrás, porque estaba bien posicionado. El debut fue muy bueno”.

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Su arribo a Boca

Iker es el hermano menor de tres hijos que tuvo Daniel junto a Alejandra. Los otros dos son Fermín e Iñaki. De hecho el mayor, Fermín, se desempeña como diseñador gráfico en Buenos Aires desde hace cuatro años y es uno de los pilares fundamentales que tiene Iker en cuanto a acompañamiento.

El adeliamariense llegó hace 6 años a Boca, lo hizo por intermedio del recordado Carlos Morales, entrenador oriundo de Rosario – Santa Fe que en ese entonces conducía los destinos de Atlético Adelia María y tenía como preparador físico a Daniel.

Así lo explicó su padre: “Carlos Morales lo convoca a Claudio Vivas para que venga al club (Atlético Adelia María) y viene con un captador de Independiente. Ahí vieron a varios, como a cinco, dentro de los cuales estaba Iker y quedó. Pero al poco tiempo, cuando asume Ariel Holan en Independiente, Vivas se va y asume en inferiores de Boca. Es por eso que volvieron, esta vez con Boca, a ver chicos e Iker se termina yendo ahí con 11 años”.

“En primera instancia Iker iba a Boca una vez por mes durante todo un año. A los 12 ya empieza a quedarse en la pensión, ahí se nos vino un poco el mundo abajo, porque había mucha incertidumbre al dejarlo solo. Aunque rápidamente nos convenció, tenía muchas ganas de quedarse y se adaptó desde un primer momento. Obviamente nunca le pusimos presión, en ningún momento le remarcamos que tenía que ser jugador de fútbol, de hecho le dijimos que probara y si se quería volver no pasaba nada”.

“En un momento nos dijo que nos extrañaba, pero nunca que se quería volver. Así que un amigo de la familia, allá en Buenos Aires, lo empezó a sacar e hizo un poco de papá. En la pandemia se tuvo que volver a Adelia, entrenó a distancia y a su vez empezó a hacer contactos para volverse a Buenos Aires. Consiguió que un amigo lo recibiera allá, lo llevaba a entrenar a Ezeiza y en el medio de la pandemia volvió a Boca. Y se ganó nuevamente el lugar en la pensión con rendimientos, hizo dos goles en un primer amistoso, en el siguiente hizo dos goles más. Y ahí ya Barijho (DT de inferiores en Boca) le dijo que se quedara definitivamente. Y no paró más, dio todos pasos hacia adelante”, agregó Daniel Zufiaurre.

Mario Menardi, actual entrenador de Atlético Adelia María, que también tuvo a Iker en su etapa infantil también destacó las ganas del delantero de superarse día a día. El ex defensor comentó que “En Adelia María se vivió con gran emoción el debut y que trascendió colores”. Además dijo que “es un chico que siempre tuvo la mentalidad de deportista, todo el mundo sabía que iba a llegar, estaba en su cabeza ser jugador de fútbol”.

Zufiaurre padre también se refirió a la etapa educacional de su hijo a la hora de incorporarse a Boca: “El club se comportó siempre muy bien, de hecho la obligación es que paralelamente haga el colegio. Ahora, con 18 años, empezó inglés. Se sigue especializando a la par de la carrera que recién inicia. Es un chico que se fija una meta y va. En cuanto a fútbol, nunca faltó a un entrenamiento, la madre lo tenía que andar llamando para que vuelva a casa; como yo trabajaba en el Atlético se quedaba conmigo y volvía recién a las 11 de la noche, pateaba con los más grandes. Es su pasión”.

En el cierre, Daniel comentó los pasos a seguir, una vez que su hijo se convirtió en jugador profesional: “Iker siempre va a recibir mis consejos como papá, siempre tengo un montón de cosas que decirle. Por el corte de pelo que elije, el corte de medias que se hacen ahora que no me gustan (risas). Siempre le corrijo, porque es un chico de 18 años. Es bastante independiente por el hecho de que hace mucho vive allá, aunque no quita que por la edad haya que aconsejarlo. En ese sentido siempre lo acompaño”.

Boca Juniors continúa con la promoción de los jóvenes surgidos de sus divisiones juveniles en la gestión Riquelme. Más promesas tuvieron un día que recordarán por toda su vida. Una de ellas toca de cerca a la región y se escenifica en Atlético Adelia María, donde Iker Zufiaurre alguna vez fue pichón de crack.

Fotos: gentileza Daniel Zufiaurre / Boca
Redacción Al Toque