La disciplina se desarrolla desde hace más de 50 años en nuestra ciudad, con la conformación de muchos equipos del ámbito colegial tanto masculinos como femeninos. Repasamos un poco de la historia de un deporte con un gran potencial en la región y el país.
En agosto de 1968, se organizó el primer campeonato
oficial de sóftbol en Río Cuarto. La gran expectativa que levantó el primer
torneo de la disciplina en nuestra ciudad atrajo a muchos colegios y clubes -inclusive,
de la región- que lo practicaban.
Colegio San Buenaventura, Colegio Nacional, Colegio
Industrial, Los Lobos Sóftbol Club y Los Okinawa, entre otros equipos de la
ciudad y alrededores, se dieron cita en el primer certamen de un deporte que se
volvía cada vez más frecuente de ver.
Los finales de la década de 1960 y principios de 1970 implicaron
el “boom” del sóftbol en la ciudad. Se comenzaron a formar equipos, y los
clubes incluían la disciplina dentro de sus prácticas. Además, no se tardó
mucho en organizarse equipos de sóftbol femenino, una rama que fue dilatada en
otros deportes.
El equipo de Los Lobos fue el encargado de
organizar aquella primera competencia, en donde debía haber un mínimo de 12
jugadores por equipo y un máximo de 15 para presentar la lista de buena fe.
Además, cada uno debía contar con un director técnico y un delegado. Las reglas
se basaban en las dispuestas por la Federación Metropolitana de Sóftbol.
Un deporte “académico”
Desde las instituciones educativas, en los 60’, se
inculcaba la práctica habitual del sóftbol. Desde principios de la década,
varios colegios ya contaban con participaciones importantes en torneos regionales.
La Escuela Ambrosio Olmos consiguió, en agosto de 1964,
el bicampeonato en el llamado “Torneo Interprovincial del Oeste”, desarrollado en
la ciudad de San Luis. El auge de la disciplina a nivel intercolegial se dio en
varios puntos del país, y Río Cuarto no fue la excepción.
En noviembre de 1969, la Escuela Nacional de Educación
Técnica (ENET) de Río Cuarto logró imponerse como campeón de la categoría
internacional en un torneo desarrollado en sus instalaciones. Entre sus
victorias más resonantes, se destacan los encuentros ante el Colegio San
Buenaventura y el Colegio Normal. Ambas escuelas fueron pioneras de
la práctica del sóftbol riocuartense.
Otro de los campos en los que se desarrollaron desde los
años 70’ muchos de los torneos de sóftbol de nuestra ciudad es la Universidad
Nacional de Río Cuarto. Actualmente, la entidad universitaria cuenta con un
campo renovado y apto para la disputa de cualquier torneo de carácter nacional.
Evolución a nivel local
Entrada la década de los 70’, se organizaron calendarios de
torneos programados en forma de circuito en la ciudad. Asociación Japonesa
era uno de los equipos más importantes de la Liga Riocuartense de Sóftbol,
que disputaba sus torneos en la cancha del campus universitario.
En septiembre de 1975, Asociación Japonesa se consagró
campeón invicto del Torneo Apertura de Sóftbol de la Liga Riocuartense. Banda
Norte, Universidad, Los Lobos -tanto masculino como femenino-, y Escuela Pías
eran algunos de los equipos que participaban con regularidad en los torneos.
Para ese entonces, los equipos de los Colegios San
Buenaventura y Normal ya eran habitués en la disputa de diferentes campeonatos a
nivel nacional.
Ya en plena década de 1980, Río Cuarto participaba con su
seleccionado de los Campeonatos Argentinos de Sóftbol, ante los representantes de
otras provincias. En 1986, el combinado del “Imperio” participó de un torneo
nacional disputado en Mendoza.
Si bien no se obtuvieron los resultados esperados, el
equipo de Río Cuarto se midió ante sus pares de Paraná, Mendoza y Bahía Blanca
-en ese orden completaron el podio-. La particularidad es que estos equipos estaban
constituidos por los mejores jugadores de sóftbol del país, integrantes de la
Selección Nacional.
La experiencia adquirida en estos torneos contribuyó al
desarrollo de la disciplina en la ciudad, que comenzó a practicarse en más
clubes.
Claudia Tazzioli, una de las
leyendas del sóftbol local y la jugadora con más participaciones en la Selección
Argentina, recordaba sus inicios en el Jockey Club y el “Sanbue” de la siguiente
manera: “En ese momento éramos un grupo de jugadoras que empujábamos mucho para
sacar al deporte adelante en la ciudad. Llegamos a tener cuatro equipos de
Juveniles más los equipos de Primera División. Había en el Jockey, en el Centro
11, en Universidad, en el Golf y San Buenaventura. Había un lindo softbol. Sin
dudas fueron años espectaculares hasta que me tuve que venir a Buenos Aires”.
En la actualidad, el deporte continúa practicándose en
ámbitos escolares, pero mermó su presencia en los clubes. En 2018, el equipo
de sóftbol femenino de la Universidad se consagró con la medalla dorada en los
Juegos Universitarios Regionales. La presencia a nivel intercolegial o
académico se mantiene con torneos organizados en el campus universitario.
Para Tazzioli, la esperanza de que el sóftbol riocuartense vuelva a ser como era existe, pero no es tarea fácil: “En mi opinión deberían hacer un trabajo serio en categorías menores, convocar a los barrios. Eso sería algo que levantaría mucho el nivel, pero no es fácil cuando no hay recursos ni mucha gente que se dedique a esto”.