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Efemérides

En el día del Árbitro, el recuerdo de Luis Rojo

El 11 de octubre se celebra el día internacional del Árbitro de Fútbol, en un homenaje a los que imparten justicia en el más popular de los deportes recordamos una entrevista realizada a Luis Rojo, uno de los históricos del referato local, meses antes de su desaparición física.

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Luis Rojo, emblema del arbitraje riocuartense

Si bien nunca estuvo claro el motivo del día elegido, se estima que coincide con la fecha en que se jugó el primer partido oficial de fútbol con un juez. Lo cierto es que cada 11 de octubre se celebra en el mundo el día del árbitro de fútbol.

Vale aclarar que paralelamente en la provincia de Córdoba, el pasado sábado 9 se conmemoró el día “Día de los Árbitros y Jueces Deportivos”, motivo por el cual muchos los han observado en la fecha de divisiones inferiores con un brazalete negro y los nombres de Ignacio, Marcos, Diego y Juan.

Esta fecha cordobesa responde a una decisión de la Legislatura de Córdoba, quien la declaró en homenaje a 4 árbitros fallecidos en un accidente vial. La efeméride fue instaurada por la Unicameral a modo de reconocer la tarea que realizan estos trabajadores del ámbito de los deportes, en memoria de Ignacio Bustos, Marcos Fabián, Diego Bravo y Juan Massa, cuatro jóvenes árbitros cordobeses que perdieron la vida en un accidente automovilístico cuando viajaban a la localidad de Wenceslao Escalante para dirigir un partido de fútbol.

Como homenaje a todos los árbitros de la región compartimos una entrevista realizada a Luis Rojo, la misma fue publicada por la revista Estadios del Imperio, y fue portada de su primera edición, que se publicó 2 de mayo de 2016, días antes de su fallecimiento, ocurrido el 10 de junio.

Luis Rojo, homenajeado en 2011
Luis Rojo, homenajeado en 2011

Cuestionado como todos, respetado como muchos, querido como ninguno

El fútbol se juega once contra once, pero hay tres invitados de honor que nunca pasan desapercibidos. Antes se vestían de negro, hoy lo hacen de colores mucho más alegres, pero la esencia siempre es la misma. Son los verdugos que no te dejan poner un poquito de más cuando sos rudo o los que no te cuidan lo suficiente cuando sos habilidoso, los culpables de cada derrota, en el mejor de los casos se gana pese a ellos.

Cuando uno empieza a hablar de árbitros con cualquier futbolero del imperio las anécdotas y los relatos terminan en Luis Rojo. Es que dedicó casi toda su vida al referato, dirigió desde inferiores hasta primera división de la liga regional, en ligas vecinas y en el ámbito provincial, pero simultáneamente dirigía torneos relámpagos y comerciales que se jugaban en cualquier potrero y al que fuese convocado.

Es sábado por la siesta y en la sobremesa de su domicilio Luis nos recibe con la cordialidad que siempre lo caracterizó. “Gracias por acordarte de mí” – expresa al contarle de la nota que estamos preparando. De fondo la tele, en ´mute´ nos ofrece un pobre Arsenal – Rafaela por el Torneo de los 30 y simplemente alcanza con nombrarle la palabra arbitraje para que “Rojito” empiece a enumerar anécdotas y vivencias. A los 70 años su memoria es inefable y su amor por el fútbol indisimulable.

– ¿Cómo fue que empezó con el referato?

– El arbitraje es una cosa que yo la sentía. Cuando dejé de jugar fui técnico de la quinta, sexta y primera de Municipal, pero te soy sincero no estaba actualizado para eso, di con la suerte de tener buenos jugadores y buenas personas que me ayudaron bastante. Perdimos una final con Estudiantes pero cuando era DT sentía el arbitraje. Tenía 26 o 27 años, cuando entro al Centro 11 por el (año) 70, y ya dirigía. Mi primera ropa me la regala el ´Pachi´ Gnesuta de Trofeos Imperio y empecé en el torneo libre del Seminario.
Yo en la liga empiezo a dirigir en el año 81 con Alberto Andrés García y rindo para Córdoba con Ledesma y Antinoli, con un promedio de 7.50 que me sirvió para dirigir Interligas (ex Provinciales)”. También pasó por las ligas vecinas de Río Tercero, Canals, Laboulaye y General Roca.

– ¿Un partido que recuerde especialmente?

– En Río Tercero, definían Atlético y 9 de Julio, llegamos y otros árbitros me dijeron “que tengas suerte Luis porque está muy bravo el ambiente”. Yo les dije que si pego bien el primer pitazo va a andar y así fue. Después el señor Ríos, secretario de la Liga de Río Tercero mandó una nota a la Liga de Río Cuarto felicitando a la terna, en la que yo había ido al medio.

Pero en su afán de no pecar por vanidoso enseguida aclara que no todas fueron buenas: “Tuve una tarde negra, porque las lindas son lindas pero las malas hay que contarlas, en un partido entre (Talleres de) Las Acequias y Municipal di al revés un lateral y de ahí vino el gol de Municipal, y como yo había jugado en ese club me tuvieron un rato como “chorizo en plato de loza”. Nunca dirigí un Estudiantes – Atenas, con honestidad creo que me quedaba un poco grande”.

Luis Rojo dirigió hasta los 64 años
Luis Rojo dirigió hasta los 64 años

– ¿Qué amigos le dejó el arbitraje?

– Pedro Barrionuevo, José Tobares. A Tobares le regalaba la ropa, le quedaba grande pero el “Negro” era tan humilde, y educado para tratar a los jugadores. El ´Gancho´ Albelo, que estuvo jugando en Rosario, se portó mal y volvió, y fue un gran árbitro. En los profesionales empecé con Hermes Bilbao, un maestro, Juan Carlos González y el señor Víctor Pedraza.

– ¿De los jugadores que dirigió cuáles recuerda por diferentes?

– Había un jugador muy diferente, Jorge Rodríguez, en Estudiantes, con una técnica diferente. He dirigido al Omar y al Luis Carranza, duro de domar el “Negro Omar”; Flesia un señor. Dino Salvay en las inferiores, todavía se acuerda que lo mandé a buscar la pelota como reprenda porque la había tirado enojado.

En cuanto a su relación con los jugadores aclara sus buenos tratos: “En general era aceptado por todos porque iba llevando el encuentro y los iba hablando. Eso me sirvió mucho, más para los campeonatos libres, yo les decía ´ojo con los codos´ y decían el loco está cerca, porque se jugaban torneos por plata con algún vino de más, en canchas abiertas. Dirigí a beneficio, sin cobrar, torneos que empezaban a las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche, los últimos partidos a penales o con la luz de la calle”.

– ¿Hasta qué edad dirigió?

– Fui bastante caradura, hasta los 64. Soy el tipo que me he despedido más veces del arbitraje, como cinco veces, porque no lo soportaba. Pero ahora tengo 70, soy consciente de los años que tengo y no hay que andar molestando. Cuando quedé libre en la Liga, a los 50, dirigí dos años más en Laboulaye y después en Huinca como línea.

¿Por qué fue tan querido?

– Yo en las inferiores dirigía como un maestro de escuela, enseñándoles a los chicos, les hacía hacer los laterales hasta que aprendían o paraba el partido y les ataba los cordones, y eso lo apreciaban, los chicos y los padres.

Cuenta que mira mucho fútbol por TV: “En realidad miro más el arbitraje que los partidos”, según analiza, en primera se está dejando pegar mucho. En Río Cuarto es un asiduo visitante de los torneos libres, en donde entiende que “hay buenos árbitros que se están haciendo, pero hay que tenerles paciencia. No es lo mismo pasar por la tienda, comprar la ropa y que te den un palo y tener que marcar”.

Las anécdotas siguen brotando de su boca casi sin necesidad de preguntarle: “Con Raúl Oviedo fuimos a una cancha y en la radio decían que no sabían si iba a poder terminar el partido. Cuando me estaba bañando entra el periodista de Laboulaye y casi se me arrodilló a decirme ´me equivoqué porque pensé que no lo sacaba y ha sido el mejor de lo que va del torneo´”.

De su incursión por la zona recuerda que (Gustavo) Saby, el DT de Cultural Serrano, “era insoportable, peor que Caruso Lombardi” y que en La Carlota le tocó dirigir otro partido difícil “en un Central – Ross que dirigía Di Meola, que lo había recomendado yo”.

Al consultarle por lo más gratificante del arbitraje, no duda en que es terminar con los 11 en la cancha, “y que vengan y te saluden” y “la amistad con tus compañeros, porque ahí sabes realmente quienes están en las buenas y en las malas. Siempre me junto con Ramón Ortíz, Pedro Barrionuevo, José Tobares para recordar los momentos lindos y feos”.

– ¿Conoció a Basso (árbitro riocuartense asesinado por jugadores en una cancha)?

– A Basso lo conocí porque yo trabajaba en el Centro 11 y los árbitros entrenaban ahí, y yo empecé a dirigir al día después de su muerte. ¡En que me metí!, te corre cosa por la sangre, tenía 26 o 27, años después conocí a uno de ellos (jugador que lo mató), no es fácil.

Sin dudas que su nombre y apellido es sinónimo de arbitraje, sin embargo, la vida de Luis Rojo estuvo ligada al fútbol desde su nacimiento: “Nací y me crié frente a Estudiantes, donde está ´Uso Nostro´. Yo iba a la cancha de Estudiantes. El canchero, el ´Ternura´ Romero era como mi segundo padre. Iba y me peloteaban, un día le saqué la libreta (DNI) a mi mamá y estaba con el ´Negro´ Romero y don Libio Console, secretario de la liga y gran periodista, para ficharme como arquero de Estudiantes y escucho la chatita de papá. Le dije a Romero viene el viejo, y me dijo cagamos”.

Cuenta la razón por la que no fue arquero del Celeste: “Mi viejo trabajaba en el Corralón Municipal que estaba en las 320, fue de los fundadores de Municipal y me llevó para allá”.

¿Jugó siempre en Municipal?

– Sí, otra vez vino Villareal de (Lutgardis) Riveros a buscarme y mi vieja me escondía atrás de la puerta y le decía que el gordo no estaba. Tenía condiciones, como jugador me expulsaron una sola vez por pegarle mal a un jugador y con los árbitros era medio revoltoso.

– ¿Nunca lo llamaron para trabajar en la Liga?

– No, no te da lugar la gente que está, pero con un papel no se puede, en un tiempo sí, yo iba a la cancha y les hablaba, lo que estaba bien y no. Pero algunos por su carácter no aceptan, por ejemplo, que en los remolinos hay que cobrar y alejarse, hay que llevar el partido uno y no que el partido te lleve a vos.

Arsenal y Rafaela ya han empatado, la hora de la siesta se esfumó y en la tarde gris la TV nos entregará unos cuantos partidos más, más arbitrajes para mirar por Luis. Da la sensación que sin haberse guardado nada podía hablarnos todo lo que resta de la tarde con la misma pasión.

Fuente: revista Estadios Deportivos
Fotos: revista Estadios Deportivos / archivo Al Toque

Redacción Al Toque

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