En el nombre de la formación

El sol empieza a esconderse entrada la tardecita en la ciudad. Niños y niñas de varios puntos salen de las escuelas y se alistan para otro compromiso. El escenario designado es el Complejo “El Águila”, ubicado en Río Negro 1690.

Allí funciona a diario la escuela de fútbol “Mariano Prizzón”, puesta en funcionamiento el 2 de mayo del 2021, dirigida por Osca Prizzón, y que ya hemos presentado en oportunidades anteriores. Homenaje, formación y solidaridad son las máximas que reúne la escuela que lleva el nombre del “Hueso”, ex futbolista fallecido hace siete años.

Los que se van arrimando son de barrio Jardín Norte, ya vestidos como jugadores y a la espera de una pechera representativa que tiene un nombre inscripto en su frente. Se trata de la escuela de fútbol “Ricardo ‘Tío’ Sevila”, fundada en octubre pasado bajo el padrinazgo de militantes de Tierra, Techo y Trabajo.

Su coordinador es Marcelo “Pachi” Sosa, actual defensor de Renato Cesarini y residente en el barrio donde funciona la escuela. “Pachi” va y viene, de un barrio a otro, trasladando a niños que serán parte el encuentro. Acomoda las herramientas de trabajo, enumera las pecheras y delega instrucciones a sus colaboradores.

Minutos antes del pitazo inicial, Sosa hace lugar y se toma uno minutos para referirse al crecimiento de la escuelita a casi un año de su puntapié.

“El balance es sumamente positivo, hemos crecido en cantidad de chicos, en cantidad de encuentros, experiencias y hasta en redes sociales. Actualmente estamos contando con 120 chicos y chicas, que van de 4 a 16 en varones y de 7 a 16 en niñas”, remarca.

Y detalla: “La escuela es un lugar de contención, de a poco vamos agregando cosas a través de los entrenamientos y encuentros. Solemos darle una fruta a cada chico, una copita de leche, que nos permite que sigan viniendo, tengan esa contención necesaria y nos permita crecer”.

Si bien este jueves fue tiempo para niños, la escuela “Tío Sevila” cobija a más de cien niños, niñas y adolescentes, ha podido formar categorías Sub 8, Sub 10, Sub 12 y Sub 14, y participan de diferentes encuentros con otros barrios de la ciudad. Incluso en la disciplina femenina son parte de un torneo independiente donde también intervienen pueblos como Holmberg y Alejandro Roca.

La escuela que funciona en barrio Jardín Norte es una adicional a los clubes ya existentes Banda Norte y Argentinos Juniors de Las Delicias. También cumple con la máxima de contención y aleja a los jóvenes de los malos hábitos.

“Me motivó la popularidad del fútbol, donde vas hay una pelota. Pero también el hecho de los problemas que se viven entre los barrios. A través del deporte queremos inculcarle igualdad, que más de haber nacido en diferentes lugares de la ciudad, se puede convivir en paz y practicando un deporte tan lindo”, señala Sosa.

Pecheras para todos no hay. Es por eso que en El Águila se entremezclan camisetas de diferentes equipos. Aparecen las características de River y Boca, se cuelan las de los elencos de la ciudad y hasta aparecen las del Inter Miami por el ‘Boom Messi’.

“Tenemos como déficits la indumentaria, materiales para entrenar y un lugar físico. Si bien tenemos dónde trabajar, vemos este tipo de cancha (en el Complejo El Águila) y hay un pasito más con respecto a nosotros. Pero rescato lo mucho que hemos crecido en este año que llevamos, creo que de a poco vamos a ir consiguiendo todo lo que nos falta”, dice “Pachi”.

Por último, y con la pelota ya en el centro del sintético, el coordinador se refiere al nombre que lleva la escuela. Ricardo Sevila es uno de los formadores-referentes que tiene el fútbol local, lleva más de 40 años ligado a Estudiantes y todo aquel que haya pasado por el “celeste” se ha topado con sus consejos, contención y solidaridad. El “Tío” está identificado con Estudiantes, pero a fin de cuentas es de todos y todos. Es fútbol de los barrios, es humildad, acompañamiento constante y formación.

“Quisimos darle un homenaje en vida al ‘Tío’, es una persona que siempre estuvo involucrado en el fútbol y nos ayuda mucho con la cercanía y con gestos que tiene cuando necesitamos algo”.

Sin más preámbulos inicia un nuevo encuentro de escuelitas. Es un jueves más para la sociedad. Uno muy especial para esos niños de barrio Jardín Norte, las 130 viviendas y el IPV Banda Norte, que salen de gira por la ciudad y tienen un sinfín de sensaciones tras ver la pelota rodar.

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Fotos y videos: Al Toque
Redacción Al Toque