Efemérides
Épica “mercedaria”
Un partido que marcó la historia de nuestro fútbol femenino. Un partido invisibilizado durante años. Lo que no se nombra no existe, por eso cada 25 de mayo volvemos a recordar el encuentro que disputaron Centro Cultural Alberdi y Club Atlético Tigre en cancha de Estudiantes, en 1965.
La pelota en las manos, en los pies, en el alma… Mercedes Luna sostiene la pelota con su mano derecha para la foto oficial del equipo que pasará a la historia. Se adueña de la redonda desde ahí, desde antes del comienzo del partido. Lo hace con su mano ahora, pero después lo hará con sus pies. Por algo le dicen “la Pelé”, comparándola con Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, el ex futbolista brasileño considerado uno de los mejores del mundo de todos los tiempos. La comparan con un hombre, no con una mujer, pero eso cambiará dentro de algunas décadas. No lo sabe aún, pero forma parte de la generación de las pioneras. No lo sabe aún, pero parece que lo presiente. Una mística parece rodearla en el momento que el fotógrafo hizo “click” y capturó la imagen para siempre. Haces un recorrido por cada una de las dieciséis jugadoras del equipo de Centro Cultural Alberdi y encontras gestos de todo tipo, pero el de “Mechi” tiene un no sé qué especial. Mira como hacia el horizonte, se la ve como tranquila. Capaz mira el repleto estadio de Asociación Atlética Estudiantes, todas esas personas que fueron a verlas, que fueron a observar en vivo ese acontecimiento extraño para la época: mujeres jugando al fútbol.
Dos arqueras y catorce jugadoras de campo forman el plantel “mercedario” que posa en el césped del Estadio Cuidad de Río Cuarto, sin el título aún de “Antonio Candini”. De fondo aparece la tribuna oeste repleta de gente, incluso muchas personas debajo, al borde del campo de juego, sin separación de alambrado. La oeste fue la primera tribuna de cemento del estadio de Estudiantes, inaugurada el 17 de agosto de 1959, seis años antes de ese momento. Actualmente, allí se ubican también los vestuarios y bancos de suplentes del ya denominado “Candini”.
La otra postal es la de Club Atlético Tigre. La que sostiene la pelota es Gloria “Betty” García, y su nombre le hace honor a su destino. No lo sabe aún, pero en unos años formará parte, y será una de las capitanas, de la Selección Argentina que juegue el Mundial de México 1971. Y, más tarde que temprano en realidad, la historia la reconocerá como una de las pioneras de nuestro fútbol femenino nacional. Detrás se observa la otra mitad de la tribuna oeste, igual de repleta de gente.
Si tuviésemos la posibilidad de hacer un giro 360° de las dos fotos de aquel 25 de mayo de 1965, observaríamos del otro lado una cancha sin tribuna. La tribuna grande y alta, donde están hoy las cabinas de transmisión, se inauguró justo un año después de ese partido.
¿Qué pasó en esa jornada? Un 25 de mayo de 1965, Centro Cultural Alberdi perdía 3 a 0 frente a Tigre en el estadio de Estudiantes. Gloria “Betty” García anotó los tres goles del equipo porteño que por entonces realizaba giras exhibiendo su potencial por todo el país. “Qué lindo recuerdo ver esa foto. En el entretiempo me cargaba el técnico porque no hacía goles, pero después pude hacer muchos”, narraba la goleadora del encuentro en diálogo con el periodista riocuartense David Pedraza.
La visita del club de Victoria adquirió un doble tinte histórico. El estadio de Estudiantes, con una multitud en las tribunas, fue escenario de un duelo entre pioneras del fútbol femenino a nivel local y nacional. Centro Cultural Alberdi fue uno de los primeros equipos conformados en la provincia de Córdoba. Las “mercedarias” tuvieron su origen en 1964 y a partir de entonces formaron un numeroso plantel que paseaba su fútbol por la región. Dos meses antes del choque ante el cuadro porteño, la entidad riocuartense estuvo presente en Alejandro Roca en donde sus equipos (uno denominado “Celeste” y el otro llamado “Blanco”) jugaron un partido amistoso. El 11 de julio los dos representativos de Alberdi se midieron en cancha de Belgrano de Coronel Moldes, con una recaudación de 61.800 pesos. Un fragmento de la nota del Diario La Calle contextualiza lo que representaba el advenimiento de la mujer en el fútbol, transformándose en un golazo a conceptos arcaicos: «Mucha gente se dio cita en el campo de deportes aludido, llevado por la curiosidad de presenciar la práctica del más popular de los deportes por genuinas representantes del sexo débil». La definición de “sexo débil” como determinación de jerarquías cristalizaba ese prehistórico arraigo cultural.
Por su parte, Tigre fue considerado uno de los mejores equipos del país en la década del ‘60 y entre sus filas estaban García, Blanca Brúccoli, Eva Lembessi, Zulma Gómez y Zunilda Troncoso, quienes integraron la Selección Argentina que disputó el Mundial de fútbol femenino México 1971.
Síntesis
Centro Cultural Alberdi: Luisa Díaz; Stella Utrilla y Eva Díaz; María Torres, Olga Quevedo y Rosa Ponce; Soledad Martínez, Mercedes Luna, María del Carmen Rodríguez, Alicia Andrada y Martha Rivero. DT: Manuel Casal. También jugaron Juana Barrios, Betty Bueno, Nélida Prado, María Ponce y Graciela Farini.
Club Atlético Tigre: Roldán; Sosa, Figueroa, Gómez y Lembesis; Troncoso y Frontera; Arias, García, Brúccoli y Cardozo. DT: Antonio Emilio. También jugaron Iriarte y Berregui.
Goles: a los 8’ PT, 24’ ST y 28’ ST Gloria García (CAT).
Árbitros: Pereyra y Pirani.
Cancha: Asociación Atlética Estudiantes. Recaudación: $ 300.200.
“No soy más la Pelé, ahora soy Mechi”
Así le respondía Mercedes Luna al periodista Marcos Villalobo en una nota publicada en febrero de 2021 en Perfil Córdoba. “¿Usted es la Pelé?”, preguntó Villalobo; “No, era. Ahora soy Mechi”, respondió sonriendo Luna.
Mercedes Luna brilló en aquel encuentro de 1965 con la “10” de Alberdi en su espalda. “Nosotros estábamos en la cancha ese día con parte del plantel que jugaba en Estudiantes y fuimos a ver el partido, y recuerdo que le dije a modo de chiste al ´litin´ (Rodríguez) que la ´10´ de Alberdi era mejor que varios, que la íbamos a convocar para que jugase con nosotros y algunos de los nuestros iban a ser suplentes de ella”, recordaba Humberto Mansilla, mediocampista del “celeste”, al rememorar su presencia y la de parte del plantel mayor del equipo de Avenida España en aquel encuentro.
Deslumbró tanto a propios y extraños, que el equipo de Tigre quiso sumarla a sus filas. “Me quisieron llevar ese mismo día a jugar para ellos, pero no se dio. En mi casa no querían que me fuera. Sin embargo, dos años después tuve la suerte de formar parte. Fue una experiencia hermosa, no duró tanto tiempo, pero me encantó yo sólo quería jugar al fútbol y me dio satisfacción”. En esa incursión por el mejor exponente del fútbol femenino de la época, Mercedes entabló un estrecho vínculo con Zunilda Troncoso, una de las mejores jugadoras de Tigre, quien le insistió que se quedara en Buenos Aires. Sin embargo, decidió volver a continuar su vida en Río Cuarto: “Cómo es la vida, si me hubiese quedado quizá tenía la chance de ir a la selección nacional que jugó el Mundial en México en 1971”, decía Luna en el libro Miralas Gambetear.
Hoy, la futbolista -porque siempre lo será- nacida el 12 de febrero de 1944 en Adelia María pasa sus días en la Iglesia Catedral de la ciudad. Con 77 años es Ordo virginum, laica consagrada y ministra de la eucaristía de la Diócesis de Río Cuarto: “Ésa es mi misión en la vida, pero no me olvido lo feliz que fui jugando al fútbol, haber entrado a la cancha de Estudiantes repleta de gente, con mi familia y amigos en las tribunas. Es más, todavía disfruto de los recuerdos de los tacos, los goles, la bicicleta, disfruto de la belleza del fútbol”.
No es más «La Pelé». Tiene nombre propio. Es «Mechi». Es Mercedes Luna. Es una de nuestras pioneras.
Podría haber sido parte del plantel que jugó el histórico Mundial de México 1971. Con varias de ellas se había enfrentado, y a varias de ellas habrá deslumbrado.
Tal vez, si hubiese nacido en esta época, y no allá por los años 40, estaría brillando en las canchas de la Liga Regional o ya hubiera traspasado sus fronteras. Tal vez no, sin dudas que lo hubiese hecho.
Podría ser también que muchas pibitas que hoy dan sus primeros pasos sean comparadas con «la Mechi» y «la Pato», por Patricia Carrizo, otra de nuestras pioneras en la región, y no ellas teniendo los apodos de «la Pelé» y «la Maradona». Igualmente, han sido dignos elogios.
Nada de eso pasó, pero igual es lindo imaginarlo. Hoy el fútbol quedó allá lejos. La cancha de Estudiantes, casi sin tribunas y sin las luces de la actual Primera Nacional, la ha visto brillar. “Saber que ahora el fútbol es más popular entre las mujeres, que las chicas juegan naturalmente en diversos ámbitos es muy lindo. Antes la mujer tenía asignado otro rol, pero nosotras éramos felices jugando al fútbol. Fue una época hermosa la que vivimos jugando a la pelota”. Esa pelota de la que siempre serás dueña, Mechi.
Fuente y fotos: CEDAT (Centro de Documentación Al Toque) | Federico Peretti
Con extractos del libro Miralas Gambetear – Las mujeres cambian la historia del fútbol con golazos a los prejuicios de género
Por Delfina Vettore
Redacción Al Toque
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