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“Maradona ganó adoptando un estilo –futbolístico y existencial– con el que los napolitanos adoran representarse”

Luca Bifulco es sociólogo y desde la Universidad de Nápoles Federico II estudia el fenómeno Diego Armando Maradona en la ciudad italiana. “No es casualidad que su imagen esté presente en casi todo Nápoles, naturalmente con una omnipresencia que ha aumentado enormemente desde su muerte”, afirma.

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Presentación de Diego Maradona en el Napoli.
"Maradona fue importante porque hizo soñar a los napolitanos,
y fue quizás lo que había faltado hasta entonces"

Este es un fragmento de uno de los testimonios napolitanos que recopila Luca Bifulco en el libro “Maradona, un héroe deportivo”, publicado por editorial Godot. En esta obra se resumen tres investigaciones académicas sobre el 10. Luca Bifulco es napolitano y docente de Sociología y Sociología del Deporte en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Nápoles Federico II.

En entrevista con Al Toque Deportes, mediante la gentil traducción de Maria Carmela Catone, Bifulco nos habla no sólo del libro, sino también de lo que significa para él y de la huella que dejó Diego Armando Maradona en diversos aspectos de la vida de la ciudad tras los siete años de jugar en el S.S.C. Napoli.

Maradona representa un símbolo de identidad muy fuerte, tanto para los aficionados napolitanos como también para toda la ciudad. El campeón argentino, incluso antes de su muerte –y ahora con mayor energía y visibilidad– era y es un icono colectivo y un protagonista relevante en la tradición e historia de la comunidad futbolística y de la ciudad”, comenta el sociólogo y añade: “Esta comunidad encuentra en Maradona un ingrediente importante con el que representar su identidad y enriquecerla con orgullo y autoestima, reflejados en sus éxitos y su extraordinario talento futbolístico”.

“No es casualidad que su imagen esté presente en casi todo Nápoles, naturalmente con una omnipresencia que ha aumentado enormemente desde su muerte. Paseando por la ciudad es posible encontrar murales, altares votivos, así como gente que lleva camisetas, tienen tatuajes o fotos expuestas en sus casas, despachos o usadas en los perfiles de las redes sociales”, describe Luca Bifulco y agrega: “Cambiar el nombre del estadio de la ciudad y dedicarlo al ‘pibe de oro’ en muy poco tiempo fue un acto no especialmente sorprendente, diría que casi predecible. En todos estos casos, los napolitanos alimentan una orgullosa pertenencia comunitaria, que Maradona condensa y reaviva de forma duradera, también en función de las múltiples formas de conflicto consideradas muy significativas”.

¿Qué significa para usted Diego Maradona? ¿Por qué estudiarlo desde la academia y desde la sociología?

– Viví la época de Maradona en Nápoles cuando era un niño. Creo que fue una suerte haber podido vivir esos momentos a esa edad. Es una edad en la que se entienden los acontecimientos futbolísticos con cierta precisión, pero básicamente todavía en una dimensión encantada, que permite disfrutar de ciertas emociones con un sentido especial de magia. Además, en los ochenta los medios de comunicación transmitían muchas imágenes e información, pero que realzaban y daban vida a la imaginación, sin reducirla con un flujo icónico e informativo asfixiante.
En definitiva, la mayor felicidad futbolística de mi vida está ligada a Maradona, a quien también debo la posibilidad de haber visto pura alegría en los ojos de mi abuelo. Sólo le vi llorar una vez: por el primer campeonato ganado por el Nápoles, que apenas pudo vivir, pocas semanas antes de su muerte. Por eso mi relación con el “pibe de oro” está necesariamente impregnada de gratitud y del recuerdo de emociones de raro placer.
Hoy en día, como sociólogo, Maradona es para mí sobre todo un objeto de estudio fascinante – aunque no el único en mi actividad de investigación académica – que intento abordar liberándome de mis emociones personales.
Creo que es imposible que un sociólogo que trabaja en Nápoles no se pregunte por la relevancia de este personaje para la comunidad y la sociedad napolitanas. Su figura está tan presente, tanto en los lugares de la ciudad como en las conversaciones de los aficionados y de los demás, que no se puede evitar querer captar su fundamento sociológico, su impacto en las identidades o en las relaciones sociales, tanto por sus aspectos positivos como negativos.
Dado que, en general, me interesa estudiar las formas y procesos de asociación, cohesión y conflicto social, el personaje de Maradona ha sido un factor fértil, insólito y extraordinario en el análisis de los grupos y comunidades –de aficionados sobre todo– que se identifican con él.

Mural en barrio napolitano realizado tras la muerta de Diego

Maradona: intergeneracional, transnacional y multi biográfico

Con esa omnipresencia -acentuada luego de la muerte- del 10 en Nápoles descrita por Luca Bifulco, vale preguntarse qué sucede con las nuevas generaciones: napolitanos que no han visto jugar a Diego ¿qué imagen y sentidos tienen sobre Diego? Esta inquietud es la que se plantea en el primer estudio del libro “Maradona, un héroe deportivo”.

– ¿Qué sucede hoy con las nuevas generaciones? Aquellos quienes no vieron a Maradona, ¿tienen la misma imagen que la generación anterior?, ¿se actualiza esa memoria?

– Cuando empecé a estudiar el impacto de Maradona para los aficionados napolitanos de diferentes generaciones, algunas palabras y conceptos, como “revancha”, “rescate”, “orgullo”, solían emerger repetidamente de las entrevistas con estas personas. Al principio pensé que se trataba de una adhesión fácil y perezosa a una retórica dominante, pero luego –al seguir investigando– me di cuenta de que estos términos estaban asociados a convicciones profundas y, sobre todo, a emociones profundas. Y que esta redención estaba relacionada principalmente con el fútbol, pero también –aunque de forma alegórica– con lo social. Esto fue así para todas las generaciones.
Es evidente que los aficionados que han vivido personalmente la etapa de Maradona en Nápoles han marcado el camino. Hablamos de personas que vivieron la expectación futbolística por la llegada de Maradona a Nápoles, es decir, la expectación por una figura casi mesiánica que habría conducido el destino de toda una comunidad –futbolística y ciudadana– llevándola a la victoria. Una victoria muy inusual en Nápoles. Por eso, en su imaginario, Maradona tuvo un impacto revolucionario, subvirtió las relaciones de poder, contra los equipos ricos y el Norte, generalmente considerado arrogante en su supremacía económica.
Además, Maradona ganó adoptando un estilo –futbolístico y existencial– con el que los napolitanos adoran representarse. Un estilo compuesto por el genio rebelde, la poca capacidad de adaptación a una disciplina impuesta, la generosidad en el campo, la dedicación a los amigos, la alegría, la astucia en el campo pero también la propensión a la ingenuidad en la vida, algunos caprichos, la capacidad de salir de la pobreza en virtud de las propias habilidades, etc.
Por todo ello, Maradona desempeñó un papel decisivo a la hora de inspirar un sentimiento de amor propio, de autoestima individual y colectiva, para aquellos que finalmente sintieron que podían derrocar alegóricamente una subalternidad duradera a la jerarquía futbolística, económica y social que ha caracterizado y sigue caracterizando en cierta medida a Italia.
Las nuevas generaciones de aficionados, aunque su enfoque pueda parecer a veces más lúcido desde el punto de vista emocional, han interiorizado sin embargo los mismos significados, que sienten como propios. Maradona se ha convertido así en un dogma, un axioma, una doctrina efectivamente transmitida, que parece unir a las generaciones napolitanas de fans en torno a esta idea de gloria vicaria y orgullo identitario. Su grandeza futbolística y sus victorias refuerzan la cohesión social de quienes se sienten parte de ella y, por tanto, viven con el pibe de oro una relación de devoción que combina, de forma increíblemente sólida, cierta autenticidad emocional y una buena dosis de ironía.

Por supuesto, la memoria, el recuerdo colectivo, es tan importante como arriesgado. El pasado, y su identidad, es útil cuando es una fuente de inspiración ideal, no cuando bloquea la capacidad de construir el presente y el futuro. Por ejemplo los que están muy vinculados al pasado, y no utilizan la memoria como modelo, sino como freno y peso insuperable. Se trata claramente de una eventualidad que hay que evitar.


«Maradona tuvo un impacto revolucionario, subvirtió las relaciones de poder, contra los equipos ricos y el Norte, generalmente considerado arrogante en su supremacía económica»

Luca Bifulco

Es 3 de julio de 1990. Italia y Argentina se disputan un lugar en la final del Mundo. El partido se juega en Nápoles, territorio italiano, aunque “conquistado” por Maradona desde 1984. Un clima que hoy, al calor de las redes sociales y de los infinitos shows deportivos televisivos, sería insoportable. La situación es ideal para un guionista. En ese entonces, la escena se construyó entre el propio Diego y los diarios que ponían el foco en la posición de los napolitanos: ¿apoyarán a su país o a Maradona? ¿pesará más el sentimiento nacional o el orgullo local? De esto trata, en líneas generales, el segundo trabajo de Luca Bifulco en el libro “Maradona, un héroe deportivo”.

Semifinal Mundial 1990: Italia-Argentina en Nápoles

¿Cómo se vivió en la ciudad de Nápoles esa contradicción entre hegemonía nacional (pertenencia a Italia) y el sentimiento local (Maradona como orgullo napolitano)? La figura de Maradona y las particularidades de este partido de semifinales, ¿puso en evidencia la relativa fragilidad de la cohesión social bajo un símbolo de estado-nación?

– La cuestión es muy compleja y merecería una investigación en profundidad, no sólo de lo que ocurrió en su momento, sino también de los tiempos más recientes. Intentaré explicarlo con unas pocas palabras. Yo diría que, en general, en Nápoles coexisten ambas formas de pertenencia: la nacional, que reclama su propia hegemonía, y la más local. En general existe un cierto equilibrio, aunque el nivel de orgullo local asume a menudo su propia fuerza decisiva –a veces incluso excesiva– dentro de la conflictiva fractura entre el norte y el sur del país. En algunos casos, este equilibrio muestra fallas también causadas por un cierto prejuicio que a menudo afecta a los sureños.
Maradona supo aprovechar esta tensión y todos los conflictos existentes para intentar crear tensiones y desacuerdos en el entorno cercano a la selección italiana. Desde el punto de vista del debate público, fue eficaz, porque este debate fue muy acalorado. Aunque, al final, creo que la mayoría de los napolitanos apoyaron a Italia, sin ocultar su amor por Maradona y una segunda simpatía por Argentina. No olvidemos que la victoria de Maradona en México sigue siendo sentida como una recompensa incluso por los napolitanos de hoy.
Al fin y al cabo, la semifinal de Italia ’90 simplemente protagonizó un conflicto entre múltiples identidades que, según el momento histórico, pueden coexistir -de forma más o menos armoniosa y más allá de las diversas contradicciones emergentes– u oponerse violentamente.

En el tercer estudio menciona obras biográficas sobre Maradona. Considerando estas obras, pero rescatando otros textos también (un artículo de diario, un libro, un paper académico, un documental, una película, un audio radial, etc.), ¿qué textos recomienda sobre Diego Maradona?

– En este estudio cuestioné la esencia del mito de Maradona y su condición de héroe trágico. El punto de partida es que el mito es una historia ejemplar que muestra, en un nivel superior y más extremo, las pulsiones, las tipicidades, las contradicciones humanas. Así que intentaba encontrar, en los relatos de la vida de Maradona, esos rasgos psíquicos universales –por utilizar una formulación querida por cierta tradición de estudios– incorporados en los personajes o en los desarrollos dramatúrgicos recurrentes, tanto positivos como negativos. Esas características del mito son, en definitiva, en las que es posible reflejarse fácilmente –de ahí su encanto, su eficacia, su éxito-. Esta es sólo una de las posibles lecturas de la trágica figura de Maradona, por supuesto.
Estudié todo esto cuando Maradona estaba vivo. Hay que decir que el mito funciona en su grado máximo cuando ya no puede ser modificado o afectado por la vida ordinaria, para convertirse en algo absolutamente ideal. Por eso, su muerte ha liberado en cierto modo la idealización de la narración mítica de las incrustaciones terrenales, aunque en Maradona los niveles mundano e ideal ya parecían tener pocos problemas entre sí.
Dicho esto, he leído y visto mucho sobre el pibe de oro: narraciones, ensayos científicos, documentales, películas, series de televisión, cómics, etc. Las biografías han sido explícitamente objeto de estudio para mí.
Aparte de estos libros, en todos los otros casos, aunque casi siempre son productos muy bien hechos, suelo apreciar sobre todo aquellas obras en las que reconozco menos confirmación de mis intuiciones y razonamientos. Me refiero a aquellas obras en las que puedo encontrar puntos de vista diferentes, innovadores para mí, o ideas y reflexiones en las que no había pensado lo suficiente.
Por supuesto, en Argentina es fundamental leer los trabajos científicos de Pablo Alabarces y Eduardo P. Archetti. Son análisis refinados, profundos, fascinantes, que me han permitido entender muchos aspectos de la cultura argentina –y no sólo– también relacionados con Maradona. Para mí, son estudios indispensables.
Por otra parte, un estudio que siempre me ha intrigado y me ha llamado la atención, presumiblemente por ser tan inesperado para mí, es el realizado por dos investigadores indios, Sarbajit Mitra y Souvik Naha, sobre el impacto de Maradona en los grupos marxistas de Calcuta.
En cuanto a los documentales, hay muchos y muy buenos (desde Kusturica hasta el muy italiano Maradonapoli), pero el que más me intrigó y aportó ideas inusuales y particularmente interesantes fue el trabajo de Asif Kapadia. La recuperación del tema del doble o la idea –que un sociólogo como Erving Goffman habría apreciado mucho– de un hombre obligado a estar siempre en escena, incapaz de vivir un backstage (privacy) completa, con todo el consiguiente malestar psíquico, me parecen percepciones relevantes.Por último, consejo dos buenos libros, escritos por queridos amigos y colegas, publicados recientemente en Italia. En primer lugar, “Maradona, l’impostore”, de Gianfranco Pecchinenda. Es una novela sobre la ficción, sobre su ineludible dimensión social. Un psiquiatra se enfrenta a un personaje que dice haber sido Maradona, contratado en los años 80 para reemplazar el pibe de oro durante aquellos momentos difíciles de la vida pública –para que el Maradona original pudiera jugar al fútbol sin problemas. De nuevo el tema del doble, pero también de la identificación: ¿quién de nosotros, de alguna manera, no ha sido Maradona?
A continuación, “A tavola con Maradona”, de Oscar Nicolaus y Fabrizio Mangoni. Este libro, recién publicado, es un itinerario culinario, entre lo real y lo imaginario, entre las recetas relacionadas de alguna manera con el astro argentino y los mejores momentos de su carrera futbolística. Con Nápoles y Buenos Aires como telón de fondo que reclama un implícito protagonismo simbólico.
Espero que los lectores en español también puedan leer estos libros pronto.

Trailer del documental «Diego Maradona de Asif Kapadia, disponible en la plataforma HBO+

– Muchos recordamos el día de la muerte de Diego Maradona, qué hacíamos y cómo nos afectó. ¿En qué situación se enteró de la muerte de Diego y qué fue lo primero que recordó sobre Maradona?

– El día de la muerte de Maradona estaba en casa de mis padres. Me enteré de su muerte por mi madre, que a su vez acababa de escuchar la noticia en la televisión. Puedo decir que, desde el punto de vista emocional, mi reacción inmediata fue variada. Primero fue el dolor por la muerte del hombre, acompañado de tumultuosos sentimientos nostálgicos: mi infancia, la sensación de felicidad de entonces, los recuerdos de los partidos vistos o escuchados en la radio con amigos y familiares, algunos de los cuales ya no están con nosotros. En definitiva, una recuperación del pasado similar a la que provoca la madeleine de Proust, aunque quizás con un sentido más amplio de la melancolía.
Desde otro punto de vista, pude sentir la sensación de un imponente luto colectivo que golpearía a la ciudad de Nápoles, ya debilitada por un periodo de lockdown, que poco después se ha cerrado en un abrazo virtual compartido (gracias también a las posibilidades que ofrece la web).
Sin embargo, en última instancia, y casi contradictoriamente, una especie de conciencia silenciosa era fuerte en mí. Al fin y al cabo, para la ciudad, para la comunidad de aficionados napolitanos, para la gente cercana, Maradona era desde hacía tiempo algo más que un ente corporal. Este último y doloroso pasaje puede haber abierto la puerta a una especie de inmortalidad secular, al menos para los aficionados y para Nápoles.
Los primeros momentos de la muerte de Maradona también han desencadenado, al menos para mí, unas circunstancias notables. No sé por qué, pero varios colegas me enviaron mensajes de condolencia. Como si hubiera sufrido una pérdida personal. Por supuesto que sabían de mis estudios. El director de mi departamento – Stefano Consiglio – me pidió inmediatamente que escribiera unas líneas de recuerdo y comentario en nombre del departamento.
Además, al día siguiente, mis alumnos del curso de Sociología –que se impartió íntegramente por Internet debido a Covid– aparecieron en vídeo con bufandas del Nápoles, fotos o estatuillas del astro argentino, frases en su memoria escritas y expuestas ante la cámara. Eran los mismos alumnos que –al conocer mi investigación sobre Maradona– me habían pedido a principios de curso, mucho antes de la muerte del pibe de oro, que terminara el curso con una lección sobre él. Fueron momentos emocionantes, que demuestran una vez más hasta qué punto la figura de Maradona es una importante referencia identitaria para muchos jóvenes napolitanos.
Estas son las líneas que escribí para el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Federico II de Nápoles:

“Maradona y las ciencias sociales:
Maradona ha sido el centro de muchos seminarios sobre el héroe deportivo
Maradona nos permitió analizar el contexto socio-histórico del Nápoles de los años ochenta
Maradona nos enseñó los mecanismos de la mitopoyesis 
Maradona nos ha orientado por las calles de la identidad napolitana y la narración de la napolitanidad
Maradona nos dio una visión privilegiada de los sueños de los últimos
Maradona era tan carismático que parecía haber salido de la pluma de Weber
Maradona era tan revolucionario que Marx le habría disputado a Weber
Maradona era tan divino que hasta Durkheim habría enriquecido sus intuiciones sobre lo sagrado y lo profano
Maradona... era Maradona, incluso para las Ciencias Sociales”

Traducción: Maria Carmela Catone
Fotos: Wikipedia, The Guardian y YouTube
Redacción Al Toque

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