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Quién es Enzo Fernández, el “diferente” que cambió Argentina en Qatar

Por Gustavo Grazioli

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Quién es Enzo Fernández, el “diferente” que cambió Argentina en Qatar.

“Si te toca entrar el sábado de titular, no tengo dudas de que la vas a romper, son los partidos que te gusta jugar», fue el mensaje de whatsapp que le mandó Pablo Esquivel a Enzo Fernández el día previo al partido que Argentina jugó con México. Y con confianza ciega concluyó «Ah, pegale de afuera, sé que vas a hacer un gol». El ex volante de River, quien actualmente se desempeña en el Benfica de Portugal, le hizo caso: apuntó, disparó y trazó un arco de esperanza en medio de los agoreros del fracaso.

Fernández dio muestras solidas de confianza con la camiseta albiceleste en los minutos que le tocó ingresar contra Arabia Saudita. Pese a la derrota, su diálogo con la pelota fue diferente al que tuvo el resto del equipo y confirmó dos cosas: que Marcelo Gallardo no se equivocó cuando le dio la oportunidad en la primera de River en el 2020 y que debía ser tenido en cuenta dentro de los once titulares de Lionel Scaloni.

Si bien con México no estuvo desde el inicio de los cuarenta y cinco minutos, cuando le tocó ingresar por Guido Rodríguez, su soltura para tener la pelota desconcertó a los intérpretes. Su esencia de conductor lo hizo cobrar protagonismo en los momentos más pantanosos del encuentro y sin darle registro alguno al contexto de copa del mundo, llevó adelante un principio básico que este deporte no debería descuidar en ningún momento: jugar para divertirse.

Pero el kilómetro cero del “Gordo”, apodo que le quedó desde sus comienzos en el Baby Fútbol, no surge en Qatar. El origen está en el club La Recova de la localidad bonaerense de San Martín. Ese fue su primer laboratorio y ahí fue donde se deslumbró Esquivel – el encargado del mensaje de whatsapp, el día previo al partido con la selección azteca -, quien ese momento trabajaba en las categorías preparatorias de River e insistió para llevarlo al conjunto de Núñez.

“Hablé con Gabriel Rodríguez, el coordinador general, y le dije que había un chico en La Recova que la rompía toda, que lo teníamos que traer nosotros. Empecé a investigar dónde vivía y llegué a la casa de Enzo a hablar con Raúl y Marta, sus padres. Él iba al jardín. Primero me dijeron que no, porque creían que era muy chiquito para jugar en cancha de 11. Tuvimos unas charlitas, pero ese año no lo llevaron. Por suerte me lo llevaron al año siguiente», contó Esquivel en TyC Sports.

Sus cualidades con la pelota, su presencia dentro de la cancha, no pasaron inadvertidas ante los ojos de Esquivel. Ahí había algo. Y lo detectó cuando Enzo tenía cinco años. Y al parecer no se equivocó. El Gordo fue a River e hizo todas las inferiores con la camiseta de la banda roja. Al principio su condición física le presentó una traba y su permanencia pendió de un hilo, pero su padre, Raúl Fernández – fanático del Millonario y responsable de que su hijo se llame como el ídolo uruguayo, Francescoli – lo llevó a un centro de alto rendimiento, en donde lo ayudaron a acomodar su nutrición y se puso a tono con su peso.

«Cuando estaba en 9na., un día vino y me dijo: ‘me van a dejar libre’. La técnica siempre la tuvo, pero el físico le costaba. Yo le contesté: ‘no, no te van a dejar libre’. Nosotros somos de River…», comentó Raúl desde Qatar, después de la victoria de Argentina frente al conjunto que dirige Gerardo “Tata” Martino, en la que vio brillar a su hijo. «Los compañeros que lo conocen de toda la vida todavía le siguen diciendo ‘gordo’. Nunca quiso mostrar fotos de los 10 años porque estaba todo inflado”, confesó después.

En esos años de inferiores en el «Millonario», Fernández visitó Córdoba y participó de los torneos de verano que organizaba Fabián Cucchietti, presidente de Deportivo Río Cuarto. “Era el torneo principal. Cada año venían cuatro equipos de AFA. River vino siempre. También participaron Colón, Talleres, Huracán y muchísimos otros equipos.  Lo hicimos durante diez años. Fue el tercer evento de la ciudad que más convocatoria tuvo después de La Rural y los corsos. Si dios quiere, el año que viene lo vamos a reeditar”, dice Cucchietti y recuerda que hace unos días hablaba con sus amigos de que esa categoría que integraba Enzo fue destacable no solo desde lo futbolístico, sino también desde el comportamiento.

La carta y el abrazo del ídolo

“Hacé lo que vos quieras Lionel, pero por favor, pensá en quedarte. Pero quédate para divertirte, que es lo que esta gente te ha quitado. En un mundo de presiones ridículas, logran sacarle lo más noble que tiene un juego. La diversión. De pibe seguro soñabas con representar a tu país y divertirte. Verte jugar a vos con la celeste y blanca es el orgullo más grande del mundo. Jugá para divertirte que cuando vos te divertís, no te das una idea lo que nos divertimos nosotros. Gracias y perdón, Lionel Messi”, escribió Enzo en su Facebook en 2016, a modo de carta pública, cuando el ex Barcelona estuvo a punto de renunciar a la Selección, después de haber perdido cuatro finales con la camiseta Argentina y sentir la presión de un país entero que se consideraba “defraudado” por su máximo representante a nivel mundial.

El Gordo se estrenó en terreno mundialista con tal solo 21 años, cumplió el sueño de jugar al lado de su ídolo, Messi, y sin darse cuenta, se volvió el socio perfecto de la actual figura del PSG, que fue el primero en ir a abrazarlo después del gol a México que sentenció el 2 a 0 final. El actual volante del Benfica sorprende a propios y ajenos. Y los elogios y comparaciones empiezan a estar dentro de la órbita de otros técnicos que se deslumbran con su forma de juego. «Los pases y visión de Enzo son semejantes a los de Zidane, que a veces resolvía una acción sólo por cómo hacía la recepción del balón», dijo hace poco el portugués José Peseiro, quien actualmente se hace cargo de la selección de Nigeria.

“Es un jugador diferente, que le pega muy bien a la pelota, fíjate que la mete en un ángulo. Juega bien con la pelota en los pies, es criterioso con los compañeros, es un tipo que ve muy bien los movimientos de su equipo y también de los contrarios”, destacó por su parte Norberto “Beto” Alonso. «No me sorprende lo de Enzo, lo conozco y lo veo entrenar todos los días. Se lo merece porque es un jugador espectacular», resaltó Messi en la conferencia de prensa que ofreció post partido con el conjunto azteca.

El ex volante de River se mantiene tranquilo y firme en eso de que prefiere ganar la copa del mundo antes que un balón de oro. La aventura arrancó en San Martín, en una canchita de fútbol cinco en la que también se ganó la reputación de “músico” por sus condiciones para orquestar la dirección de la pelota y el futuro de sus pies. Fernández quería ser parte de la Selección, romper la cuarta pared en la que colgaba el poster de su ídolo, Messi, y compartir campo de juego con el diez. Y finalmente la oportunidad llegó.

Por Gustavo Grazioli – Periodista, entrevistador y escritor.

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