Fútbol
¿Quién quiere ser relatora?
La TV Pública anunció que hará un reality show de relatoras de fútbol y se abrió el debate sobre la participación de mujeres en esa rama del periodismo deportivo. Por Vero Chiatellino para De Taco.
Hace poco más de un mes, Ángela Lerena se convirtió en la primera mujer en comentar los partidos de la Selección masculina de fútbol en la televisión. La TV Pública decidió dar un paso más y, esta semana, durante la transmisión del encuentro que Argentina le ganó a Perú por las Eliminatorias Sudamericanas, fue la propia Lerena quien anunció que el canal iba a organizar un reality show de relatoras.
Las reacciones –de todo tipo- no tardaron en llegar. Muchos cuestionan que no es el camino para visibilizar o dar una oportunidad a las mujeres en un terreno tradicionalmente masculino, ya que se verían expuestas y serían juzgadas sin haber tenido la posibilidad de formarse de manera adecuada. Exhibir abiertamente una disputa para conseguir un lugar en un espacio hostil por la falta de costumbre, puede sepultar las ilusiones de muchas. Estar dispuesta a enfrentarse a una rueda de reconocimiento pública no es para cualquiera. Y banalizar los espacios conquistados no es una opción.
No hay ningún impedimento biológico para llevar a cabo la tarea de relatar. Aún así, la realidad muestra que en Argentina los casos de mujeres relatoras son excepcionales. En el año ‘96 se realizó en el país la primera transmisión 100% femenina en la radio, cuando Susana Guirín comandó desde el relato el programa “Mujeres en el Fútbol”, en FM Sur 102.7. Para el Mundial de Rusia 2018, FM La Tribu emitió “Feminista Mundial”, con un equipo conformado enteramente por mujeres que, además de transmitir los partidos de la Selección Argentina, debatían y analizaban temáticas de género.
Por otra parte, el ideal –y el eterno argumento- es que “tienen que estar los mejores”. Esa afirmación sería válida si existiera la igualdad de oportunidades. ¿Cómo evaluar si las mujeres son buenas o no para un determinado rol si no existe la posibilidad de verlas, si están completamente invisibilizadas, si no tienen ejemplos a los que seguir o dónde reflejarse?
A contracorriente, son cada vez más las que se animan y se forman para, en algún momento, poder salir a la cancha. Tener referentes para que eso ocurra es muy importante, y aunque no resulte sencillo pararse en el frente de batalla, hay mujeres dispuestas a hacerlo para allanar el camino de las próximas generaciones.
“No quieren darse cuenta de que faltamos”
Agustina Vidal (27) fue la primera mujer que relató fútbol en la Televisión Argentina. El canal DeporTV apostó por ella y Florencia Pereiro como dupla para transmitir el Sudamericano Sub 20 femenino. Es locutora y Licenciada en Comunicación Social, trabajó en TyC Sports y actualmente forma parte del medio FutFemProf, que se dedica a la difusión del fútbol femenino.
Cuando le llegó la propuesta del canal público en marzo de este año, no tenía experiencia profesional en el relato: “Todo lo que había hecho era a modo de juego, de broma con amigues. Pero cuando pasó lo de DeporTV, ahí dije ‘che, lo puedo hacer. Tengo la información en mi cabeza, el manejo de la voz, me falta encontrarle mi tono, mis frases, las cosas que caracterizan a una relatora o relator’”, señala.
Entendió que ponerle “impronta o personalidad” a su trabajo “iba a llegar con el tiempo”, pero lo importante para ella fue descubrir que era algo que la apasionaba y que tenía aptitudes para hacerlo. Sin una capacitación específica cuando arrancó, los primeros que la formaron fueros sus compañeros de FutFemProf: “Al primero que llamé fue a Nadir Jaidar (relator de FutFemProf), quien me ayudó y me dijo ‘dale, anímate, lo tenés en la cabeza y lo sabés hacer’. A eso lo acompañé de mucha lectura, siempre hago hincapié en que para poder tener creatividad, herramientas y recursos, hay que leer”.
Recuerda que cuando confirmó que se iba a animar a hacerlo, “se festejó como toda lucha colectiva”. “Está todo bien con que nos alegremos por la noticia de que va a haber una relatora en la tele. Genial. Pero al lado nuestro debería haber 20 compañeras más dispuestas a hacer lo mismo, a animarse”, plantea.
Es consciente de que “se están abriendo puertas” y en ese sentido asegura que “a cada relatora que aparezca y que se anime la vamos a aplaudir y la vamos a alentar para que próximas generaciones, cuando les pregunten qué quieren ser, digan ‘relatoras’ y nadie las critique por eso”.
Más allá de lo estrictamente laboral, su objetivo en aquella primera transmisión fue “abrir una puerta para un montón de mujeres a las que durante años les habían dicho que era imposible”. Hacerlo en un canal como DeporTV tuvo para Vidal un valor agregado, ya que pudo hablar al aire «de femicidios, de la Ley Micaela, de la semi-profesionalización del fútbol femenino y pedir por el aborto seguro, legal y gratuito”.
Sobre la exposición y la mirada ajena rememora que “quería demostrar que lo podía hacer y que lo iba a hacer sin errores”. Pero al mismo tiempo, sabía que era una misión compleja por la falta de experiencia y eligió sincerarse con sus seguidores: “Me acuerdo de que puse un tuit que decía algo como ‘miren, seguramente me equivoque. Voy a pifiar. Sepan entender, es la primera vez que hago algo así, para tanta gente y de esta manera. Así que sí, me voy a equivocar probablemente varias veces, pero acá estamos para visibilizar’”.
Antes de su primer relato le sugirieron dejar abierto su Twitter con el # del canal, para poder ver los comentarios que llegaban: “Mi reacción fue ‘no, por favor no hagamos eso’. Quizás quedé como una loca (risas), pero en FutFemProf a nuestro relator y a nuestra comentarista los puteaban, los criticaban por cualquier cosa, que el fútbol femenino no vende, por hablar con la ‘e’, lo que sea. Cualquier motivo lo usaban para putearnos. Así que me agarró un poco de miedo y le dije ‘mirá, prefiero no tener eso a mano porque me pondría muy mal si estoy relatando y veo comentarios así’”, recuerda.
Cuando terminó el partido se le acercó el encargado de redes sociales y le pidió que adivinara cuántos comentarios malos hubo. “La verdad es que yo ni quería saber, estaba feliz. Pero me dijo que ninguno”, comenta con entusiasmo. Y agrega: “Abrí el celular y estaba estallado, ni en mi cumpleaños me llegan tantos mensajes. Ahí fue ‘bueno, me voy a quedar con esto’. Decidí no darle bola a lo malo, si algo me hace mal, lo bloqueo. Pero si hay críticas constructivas, las acepto”.
Tiene como referentes a sus compañeros de FutFemProf, a quienes considera “personas súper apasionadas y dedicadas a la profesión”, y también a Viviana Vila y Ángela Lerena, “mujeres que vinieron a romper todo y a decirte que se puede”.
Sobre los prejuicios y las diferenciaciones por género, analiza: “A la mujer se la pone en duda. Todavía nos seguimos asombrando y escuchamos ‘ah, mirá, ¡una mujer! Es linda y encima habla de fútbol, analiza bien’. Es como que… dale. Los cuestionamientos son mayores, te evalúan de diferente manera y si te llegás a equivocar es ‘y sí, obvio que te vas a equivocar, ¡si sos mujer!’. Pero no lo quiero plantear como que es algo imposible de cambiar, todo lo contrario. Lo estamos modificando”, advierte. Del mismo modo, opina que “el relato masculino nunca se puso en duda”, es algo a lo que “estamos acostumbrados, lo escuchamos y lo naturalizamos”. Pero cuando se trata de una mujer “empiezan los planteos: si está capacitada, que cuánto sabe de fútbol, que cuántos partidos relató”. Para ella, el camino es “poner más mujeres, abrir más el juego” y de esa forma “naturalizar que también pueden relatar”.
Vidal cree que la resistencia a que haya más mujeres en el periodismo deportivo viene por parte de las personas que toman las decisiones de estos medios hegemónicos: “Suelen ser hombres que no están deconstruidos, ni tienen ganas de capacitarse ni ver a los medios con perspectiva de género. No quieren darse cuenta de que faltamos”, plantea.
Como conclusión, remarca que “está todo bien con ser la primera, pero esto nos tiene que servir para mostrar que acá estamos, que necesitamos esos lugares para trabajar, para creer en la igualdad de oportunidades y en la igualdad de género. Que una mujer relate o comente todavía sigue siendo noticia. Y debería ser algo que esté totalmente naturalizado, no solo para las mujeres sino para todas las disidencias que ocupen esos lugares”.
“Si no hay críticas es porque no te están prestando atención”
Laura Corriale (30) es la voz del Estadio en Huracán desde hace 4 años. Fue jefa de prensa en el club hasta marzo de este año cuando presentó su renuncia por acoso laboral, una situación que pudo enfrentar gracias a sus amigos y familia. Actualmente trabaja como productora periodística en ESPN y en breve encabezará la transmisión de partidos de fútbol en Radio del Plata, donde estará a cargo de los relatos y acompañada por Ayelén Pujol en los comentarios.
Su primera experiencia como relatora fue durante el Mundial de Rusia 2018, para el programa “Feminista Mundial” en FM La Tribu: “El proyecto constaba en hacer una transmisión de los partidos de la Selección masculina de fútbol, en un equipo no solo integrado por todas mujeres, sino que tenía la particularidad de que iba a tratar temas de género”, recuerda.
“Para mi entorno fue una sorpresa esto de una relatora, era raro. Me preguntaban ‘¿Qué vas a hacer, lo de Mariano Closs? ¿Lo de Víctor Hugo?’ ¡No hay mujeres! Y era extraño por ese lado. No porque pensaran que no lo podía hacer, sino porque era raro de escuchar. Pero les encantó y tuve el apoyo de mi hermano y de mi vieja”, cuenta con entusiasmo.
Quien le acercó la propuesta fue uno de sus formadores, Néstor Centra, y aunque fue “un poco escéptica” a escucharla, la motivó inmediatamente el grupo de mujeres que la iba a acompañar y también “la posibilidad de aprovechar un deporte como el fútbol para reflexionar y para aprender”. Sobre el momento en que aceptó el desafío, reconoció: “El proyecto me enamoró y dije ‘bueno muchachas, vamos para adelante’”.
En la profesión tiene como referentes a Luciana Rubinska y Ángela Lerena, a quienes considera “mujeres inteligentísimas con mucho conocimiento”. En el relato cree que “Víctor Hugo es el mejor de la historia, pero lo de Mariano Closs es brillante”. Le tocó trabajar con él en ESPN y asegura que ”verlo relatar es increíble”.
Por otra parte, señala que “las críticas siempre van a estar, si no hay es porque no te están prestando atención”, que “las que son constructivas se aceptan y la falta de respeto se ignora”. Si bien trabaja en un medio donde destaca que “no se hace diferencia”, sí admite que en general no se juzga por igual a hombres y mujeres: “Se evalúa diferente, si una mujer se equivoca dicen ‘y qué querés, es mujer’, y si un hombre se equivoca es ‘bueno, sabe tanto que se confunde un dato’. Eso sigue pasando”, recalca.
No cree que haya “resistencia al relato femenino”, sino que se trata de que “todavía no estamos muy instaladas”. Y que las comparaciones con relatores hombres no suman a la causa: “Puedo tomar a Víctor Hugo y a Mariano Closs, pero van a ser muy diferentes a mí. Por la edad, por el género, por un montón de cosas. Esa comparación es rara y a veces nos juega en contra, porque nosotras todavía no tenemos la experiencia de esos grosos. Me parece que es cuestión de que nos lancemos”, opina.
Y agrega: “A la hora de salir a la cancha yo soy una locutora que me formé, me faltan algunas materias para ser periodista deportiva, hice cursos de relato y comentario, de AFA, Conmebol y me capacito un montón. Lo ideal es hacerlo desde ese lugar, del conocimiento y no tanto del soy mujer, porque te puede jugar a favor o en contra”.
Este pensamiento lo traslada a la sociedad en general: “Es al ideal que tenemos que llegar, a que los profesionales ocupen determinados lugares porque son buenos profesionales. Ni porque son varones ni porque son mujeres, buenos profesionales. Me parece que a eso tenemos que apuntar en todos lados, más allá del fútbol”, cierra ilusionada.
“Ganar visibilidad es fundamental para que otras se animen”
Cada vez son más las mujeres que, motivadas quizás por aquellas que abrieron camino, se matriculan en las carreras de Periodismo Deportivo. En esta ‘nueva’ generación aparece el nombre de Carla Mileo, que está terminando la carrera en la UNLP y a sus jóvenes 20 ya cuenta con muchísimos partidos relatados en su haber.
A Carla, como a la gran mayoría de mujeres, la propuesta para relatar le llegó de manera fortuita. Junto a un grupo de compañeros de la facultad hacía transmisiones de los partidos para los que conseguían acreditación, en el campo de juego o como comentarista. De ese proyecto, algunos pasaron a formar parte de una transmisión partidaria de Brown de Adrogué, donde ejercían los mismos roles. Pero un día el relator anunció que no podría estar al partido siguiente, el comentarista no se animó a reemplazarlo y se lo ofrecieron a ella: “Yo no me había imaginado relatando, simplemente por el hecho de que no me parecía un lugar que podía llegar a ocupar”, cuenta sobre aquel momento.
Tenía muchas dudas, pero finalmente terminó diciendo que sí, consciente de la escasez de oportunidades que ofrece el medio: “Acepté más de caradura, porque me parece que esos lugares no se dan mucho y cada vez que aparecía algo así yo lo agarraba por más miedo que me diera”, confiesa.
Su primer partido relatado fue Tigre-Brown de Adrogué, en cancha de Tigre. Se considera afortunada por haber recibido la ayuda y consejos de sus colegas, y también muy buenos comentarios con respecto a su tarea: “No me manejo en entornos que me puedan poner incómoda. Pero sí llegué a leer al pasar a alguno riéndose de que soy relatora, o de que es imposible, que soy una ridícula… cosas así. No le doy bola”, admite. Y al mismo tiempo agrega que “si la crítica es buena, como colegas que me han dicho ‘mejor si corregís esto o lo otro’, eso lo tomo para aprender”.
A su vez, considera que se evalúa distinto a hombres y mujeres: “A veces comprendo que tiene que ver con lo naturalizado o con tener una actitud paternalista. Me pasa cuando termino de decir algo y el otro dice exactamente lo mismo, pero a mí no me estaban escuchando porque mi opinión no interesa”. Observó en más de una oportunidad que la pisaron durante sus relatos “porque el relato es como un lugar de conducción y es molesto que una mujer conduzca”.
Siente que tiene mayor presión a la de un colega varón cada vez que agarra un partido: “No me gusta equivocarme, pero también sé que la vara para nosotras es ‘si te equivocás, es porque no sabés nada de fútbol’. Hay como un peso extra que tenemos, sobre todo las que somos las primeras”. Carla entiende la importancia de ser pionera “para que las que lleguen atrás tengan aunque sea un poquito más de tranquilidad y sepan que se pueden equivocar; se equivocan los compañeros varones y nos podemos equivocar nosotras”. Y a través de su trabajo quiere mostrarle a cualquier mujer que tenga el deseo de relatar que “no es nada del otro mundo y lo puede hacer toda colega que se prepare”.
“Ganar visibilidad es fundamental para que otras se animen, que vean que es posible trabajar de esto y que no hay que tenerle tanto miedo al error”, concluye.
“Uno no nace sabiendo y el que se equivoca es el que hace”
Sabrina Otaegui (32) lleva muchos años en el periodismo deportivo. Fue cronista de rugby en ESPN radio, productora y redactora en diversos medios. La oportunidad de relatar le llegó “porque no encontraban personas que hablaran en portugués y se animen a hacerlo”. El trabajo era para Mediapro y se trataba de relatar partidos de Copa Libertadores en portugués como respaldo para las transmisiones televisivas oficiales. Sabrina tiene claro que en esta profesión la presencia de la mujer se ve “como algo raro” y, de hecho, el primer comentario que recibió por parte de su hermano fue “relatar es para hombres”.
Llegar a narrar un partido en su caso no fue algo premeditado: “Si le hubieran preguntado a la Sabri de hace 5 años cuándo quise relatar te hubiera dicho ‘nunca’ (risas). Pero las oportunidades de la vida hacen que una se reinvente y así surgió el relato en mi vida”, confiesa. En Mediapro realizó un workshop para familiarizarse con la tarea y con el objetivo de seguir capacitándose mira muchos partidos para analizar a los relatores: “Me gusta ver cómo hacen y escucharlos. Creo que además te vas formando con la práctica”.
“Mi primer partido fue Palestino – Independiente Medellín. Le fui tomando el gustito partido a partido, pero el primero fue un sufrimiento. De decir ‘qué hago ahora’ y tener que hablar los 90 minutos en portugués. Fue una experiencia tremenda”, recuerda sobre su debut delante del micrófono. Al principio le costó mostrar su trabajo entre sus conocidos: “Estuve muchos días hasta que publiqué algo y cuando lo hice recibí muchos comentarios positivos. Creo que era más un miedo mío, de la vergüenza que me daba relatar por ser una profesión tan naturalizada para los hombres pero no así para las mujeres”, le cuenta a De Taco.
Asegura que las críticas “siempre que sean constructivas y no despectivas son bienvenidas, porque uno no nace sabiendo y el que se equivoca es el que hace”. Entusiasmada con su experiencia, ya piensa en un próximo paso para, por qué no, hacer frente a los miedos y animarse a relatar en español.
Los ejemplos de mujeres que se animaron al relato no sobran y resulta imperioso que empiecen a multiplicarse. Que no esté permitido, bien visto o aceptado ejercer una vocación por cuestiones de género es inadmisible. El deporte fue relatado históricamente por y para hombres y es hora de adaptar las narrativas a una nueva realidad. Evolucionar para dejar atrás costumbres sesgadas e incluir a las mujeres como espectadoras, como protagonistas o como profesionales sin prejuzgar es una tarea de todos. Ya se verá si el reality show sirve o no para abrir puertas. Mientras tanto, si el objetivo es ver mujeres ejerciendo roles en el periodismo deportivo, solo hay que abrir los ojos y darles una oportunidad real, porque ahí están.
Por Vero Chiatellino para De Taco
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