Columnistas
La FIFA esconde bajo la alfombra a Qatar 2022
Por Marcelino Gasseuy
Como toda historia, para hablar del Mundial de Qatar 2022, debemos comenzar por el principio. El 2 de diciembre de 2010 se desarrolló en Johannesburgo, Sudáfrica, el 60° Congreso de la FIFA. Ese día, la entidad que comendaba Joseph Blatter, designó a Qatar como sede de la cita mundialista para el año 2022 (también fue elegida Rusia para el del 2018).
Para ser anfitrión, Qatar dejó en el camino a Australia, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón. Era el principio del fin para Blatter y compañía. Nacía el FIFA Gate (NdR: para conocer la trama recomendamos el excelente documental realizado por el periodista Ezequiel Fernández Moores “FIFA Gate” por el bien del fútbol). Tras quedar fuera de la carrera por realizar el Mundial, Estados Unidos se interesó sorpresivamente en los manejos de la FIFA y los contratos de derechos televisivos. Aplicó la ley RICO, originalmente diseñada en los años setenta, para combatir a la mafia, y con una redada impulsada por el FBI en 2015 en territorio suizo, cayeron arrestados dirigentes reunidos para renovar el mandato de Joseph Blatter.
En febrero de 2016, en el 65° Congreso de la FIFA realizado en Zurich, Suiza, Gianni Infantino fue elegido presidente de la FIFA al obtener 115 votos de los 207 posibles en una segunda votación. Llegaba al poder quien fuese Secretario General de la UEFA comandada por Michel Platini. Hace unos días el francés fue absuelto por un tribunal suizo de los cargos que tenía por corrupción. Esta situación le impidió al ex futbolista suceder a Blatter en la FIFA en 2015 y le allanó el camino a su ex hombre de confianza. En noviembre de 2021, el tres veces Balón de Oro denunció en París a Infantino por «tráfico activo de influencias».
Infantino llegó para «restaurar la imagen de la FIFA». Pero nada cambió. En 2018 Rusia realizó su Mundial y Qatar realizará el suyo. ¿Estados Unidos?. En el 68° Congreso de la FIFA realizado en Moscú, Rusia, fue complacido con la realización del Mundial 2026, junto a Canadá y México. Gianni Infantino devolvía los favores y todo volvía a la normalidad en la entidad deportiva más poderosa del mundo. Sin embargo, la justicia suiza está investigando al presidente por sospechas de colusión entre la fiscalía norteamericana y la FIFA.
Faltan cuatro meses para que comience el cuestionado Mundial de Qatar y el escudero principal que tiene el país árabe ante las voces que no acallan sus críticas es el presidente de la FIFA. «Las obras del Mundial de Qatar dieron dignidad y orgullo a los trabajadores qataríes y por otra parte debo decir que la FIFA no es la policía del mundo ni tampoco la responsable de todo lo que sucede«, expresó Infantino durante una conferencia en Los Ángeles, Estados Unidos.
Lo dijo tras la investigación del periódico británico The Guardian que manifiesta que 6.500 trabajadores migrantes han perdido la vida en las diferentes construcciones de Qatar desde que en 2010 la FIFA le designara como sede del Mundial de fútbol de 2022. En los últimos diez años, Qatar ha estado inmerso en un proceso de construcción sin precedentes. Además de construir siete nuevos estadios, se han completado decenas de proyectos de envergadura, como un nuevo aeropuerto, carreteras, sistemas de transporte público, hoteles y una nueva ciudad que acogerá la final de la Copa del Mundo.
Aunque desde Amnistía Internacional expresan que nunca se sabrá el número exacto porque Qatar no ha ofrecido datos creíbles, miles de obreros de India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka y Pakistán sufrieron las consecuencias de trabajar de manera insalubre y de manera esclavizada. “Temperaturas de hasta 50º. Jornadas interminables. Escasas medidas de seguridad. Apenas días de descanso. Amenazas de expulsión del país si no se aceptan las condiciones. Imposibilidad real de cambiar de empresa. Avances en la legislación que no se cumplen. Condiciones insalubres en las viviendas”, dice con crudeza el informe de Amnistía.
“La comunidad LGBTIQ+ será bien bienvenida en Qatar, pero tienen que respetar la cultura local. Si Qatar nos diera la bienvenida a todos no hubiera organizado el evento”, fue la frase cuestionable que expresó Infantino al justificar la decisión de Qatar de dar penas de 7 a 11 años a quienes luzcan banderas LGBTIQ+ en su Mundial. Como bien escribió Leonardo Gasseuy en este sitio, Qatar agrava el contrasentido de la vida en un mundo que lucha cada día por ser más igualitario. Pero lamentablemente para la FIFA la inclusión es sinónimo de cotillón. Utiliza sus bondades cuando más lo necesita.
Pero existe algo en la FIFA que no es cotillón: el negocio. Qatar le dejará ganancias por 7.000 millones de dólares en conceptos de publicidad, derechos televisivos, marketing y entradas. El dinero es poder. Qatar se lo garantiza. Gianni Infantino lo sabe.
Redacción Al Toque
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