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Lujos, tecnología y todos los secretos de los ocho estadios que serán sede en Qatar 2022

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Una inmensa carpa beduina, un barco tradicional a vela navegando entre olas, un juego de encastre con coloridos contenedores, un diamante de puntas triangulares iluminado por luces LED. Los estadios del Mundial de Qatar son una muestra a gran escala de las tradiciones de la Península Arábiga y, sobre todo, de la modernidad de un país que creció con vértigo impulsado por la rentabilidad de los petrodólares.

Qatar es un puntito en el planisferio. Con sus pequeñas dimensiones, todo está a mano. Los ochos estadios donde se jugarán los 64 partidos de la Copa del Mundo están en un radio de 55 kilómetros, la distancia más compacta desde Uruguay 1930. De los ocho, cinco están a 10 kilómetros y a siete se puede llegar vía metro. Acá comienza el recorrido por los estadios del Mundial de Qatar 2022.

Lusail, la perla de Qatar

Como un gran cuenco dorado tallado a mano, se impone al costado de la autopista Al Khor el estadio Lusail, el más icónico de esta Copa del Mundo. Allí, la Selección Argentina jugará sus dos primeros partidos frente a Arabia Saudita (22/11) y México (26/11). Entre los diez encuentros que se disputarán en ese campo está el más importante del Mundial: la gran final.

Unos 11 mil inmigrantes trabajaron para levantar esta gran mole que comenzó a construirse en junio de 2016 y se terminó en diciembre de 2021. El estadio más grande de la competencia, con capacidad para 80 mil personas, costó unos 780 millones de dólares y se convirtió en un ícono de la gran transformación de esta pequeña península de Asia desde que fue elegida sede del torneo hace 12 años. Su espectacular fachada aparece como imagen del Mundial en carteles, publicidades y hasta en el dorso de los billetes de 10 riyals.

Como ocurre con siete de los ochos estadios del Mundial, el Lusail tiene aire acondicionado tanto en las tribunas como en el campo de juego. El techo está construido con un material que protege al estadio del viento cálido del desierto, evita el polvo y permite la entrada de luz suficiente para que el césped crezca al mismo tiempo que proporciona sombra para reducir la carga sobre el sistema de aire. Un estadio con su propia meteorología.

La fastuosidad del Lusail no sólo entra por los ojos. Además de la zona de lujosos palcos, la perla de Qatar tiene un área V-VIP (Very Very Important People) exclusiva para jeques árabes, directivos de FIFA y funcionarios locales de primer rango. Seguridad extrema, servicio libre de bar, camas, pantallas gigantes y acceso a zonas preferenciales del estadio, son parte de las amenities de un área con la opulencia de un hotel cinco estrellas.

El estadio, que durante la noche se impone a la oscuridad del desierto con un gran juego de luces, está ubicado en la nueva ciudad de Lusail, cuna del jeque Jassim Bin Mohammed Al Thani, padre fundador de Qatar en el siglo XIX. A unos 20 kilómetros al norte del centro de Doha, se llega en auto por la autopista Al Khor o a través de la Línea Roja del Metro, que dejará a los hinchas a unos 600 metros de los accesos.

El estadio fue inaugurado oficialmente el 9 de septiembre en un partido en el que se enfrentaron el Zamalek de Egipto y el Al Hilal de Arabia Saudita, equipo que dirige el argentino Ramón Díaz. Tras el encuentro, el entrenador le dijo a Clarín que Lionel Scaloni se va a encontrar con un césped “espectacular”, y destacó especialmente el sistema de refrigeración que lleva a 21 grados la temperatura en el campo de juego.

Después de la final de la Copa del Mundo, el ícono de Qatar 2022 se transformará en un área de instalaciones comunitarias con casas, negocios, centros médicos, una escuela y un campo de fútbol. El nivel superior del estadio lo usarán para hacer las terrazas al aire libre.

974, el estadio desmontable 

Sostenido por las aguas del Golfo Pérsico, el estadio 974 se impone colorido sobre la monotonía ocre de Qatar. Una ruptura en la continuidad. Como si se tratara de un gran juego de encastre, está construido de 974 contenedores marítimos reciclados. En el estadio más novedoso de Qatar 2022 se disputará el encuentro del Grupo C entre los dirigidos por Lionel Scaloni y Polonia (30/11), además de otros cinco partidos de la frase de grupos y un cruce de octavos de final.

En un primer golpe de vista de la ciudad, esta joya arquitectónica con reminiscencias portuarias será el primer estadio con el que se topen los hinchas que lleguen a Doha. Esa llamativa estructura modular es lo que hace al estadio una construcción única. Los contenedores utilizados son flexibles lo que permite que se puedan desmontar y trasladar para armar un estadio en otro lugar.

“Los dos principales componentes que se usaron para este estadio son los contenedores, que son fáciles de transportar, y unas 30 mil toneladas de acero que cargan el peso de todo hasta el techo», precisó a Clarín Mohamed Al Atwaan, gerente de este estadio con capacidad para 40 mil espectadores, quien explicó que este es el único de los ocho estadios del Mundial que no necesita aire acondicionado porque su diseño abierto permite una ventilación cruzada con el aire que llega de la costa del Golfo.

En cuanto al destino del recinto, Al Atwaan indicó que existe “la flexibilidad de volver a construir un estadio con la misma capacidad de 40 mil espectadores o más pequeños, con 20 mil o 10 mil asientos”, en cualquier parte del mundo que lo requiera, pero agregó que también “se puede volver a dedicar los contenedores para unirlos y hacer un espacio de oficinas, ensamblar nuevamente los baños en otro espacio provisional o volver a usarlos como transporte portuario».

En un recorrido por el interior del estadio, los hinchas tendrán acceso a las distintas áreas que se reconocen por el color de los contenedores: los baños en amarillo; los puestos de comidas y bebidas en azul; el servicio médico en verde; las salas de rezo en negro y los VIP en plateado.

El estadio fue presentado originalmente con el nombre Ras Abu Aboud, pero con el tiempo todos comenzaron a reconocerlo por el número 974, que es la cantidad de contenedores que se usaron para su construcción y también el prefijo telefónico internacional de Qatar.

A la Selección Argentina le llevará unos 30 minutos trasladarse desde su búnker en la Universidad de Qatar al estadio, que está a 7 kilómetros del centro de la ciudad, en una zona conocida como West Bay. Para los hinchas, la opción más conveniente es la Línea Dorada del Metro de Doha.

Al Janoub, viaje a una embarcación de lujo

Los arquitectos pensaron el diseño del estadio Al Janoub como los tradicionales barcos dhow de los marineros de la zona de Al Wakrah; pero desde las alturas, este recinto para 40 mil personas se parece más a una nave de Star Wars, con esa estructura blanca ondulante que remite a esa idea moderna que tenemos de la galaxia.

Lo cierto es que Al Janoub vino a aportarle la gran cuota de modernidad qatarí a la tradicional ciudad de Al-Wakrah, que se fundó en 1828 y es una de las poblaciones más antiguas del país arábigo. La principal actividad comercial de la zona es, justamente, la pesca.

En este estadio inaugurado en 2019 y ubicado 23 kilómetros al sur de Doha se jugarán cinco partidos de la fase de grupos y uno de octavos de final. Allí se enfrentarán Uruguay y Ghana, mientras que Francia iniciará en ese recinto su defensa del título frente a Australia.

En conversación con Clarín, Williams Morales, jefe de Operaciones de Al Janoub, calificó al estadio como “una obra maestra de la arquitectura” en la que destacó “un sistema de refrigeración único que está construido con elementos de sostenibilidad que se tuvieron en cuenta desde el comienzo”. En este punto, Saud Abdulaziz Abdul Ghani, apodado ‘Dr Cool’, a cargo de la refrigeración, consideró que «en el futuro, por la seguridad de los jugadores, los estadios climatizados se convertirán en la norma».

Morales también explicó la importancia del imponente techo retráctil que cubre el recinto y puede cerrarse totalmente en 30 minutos utilizando varios cables de acero. Esto hace que pueda proporcionarse sombra a todo el campo, lo que “contribuye a la eficiencia del innovador sistema de refrigeración del estadio”.

El diseño inspirado en las velas de los tradicionales barcos se traslada al interior del estadio. Las tribunas tienen dibujos ondulantes de olas azules, como las aguas de la Península de Qatar. En el techo se ven unas líneas marrones que cruzan el estadio y representan la estructura interna del bote. Todo ideado por la prestigiosa arquitecta británica-iraquí Zaha Hadid, que murió antes de la inauguración del estadio, en 2016.

Una vez que termine la Copa del Mundo, este recinto será el hogar del Club Deportivo Al Wakrah y su capacidad se reducirá a 20 mil espectadores. Los asientos sobrantes del nivel superior se donarán a proyectos para el desarrollo del fútbol en el exterior.

Los que quieran ir hasta el estadio tendrán un viaje de 30 minutos por autopista o podrán acceder por el Metro de Doha y bajarse en la estación Al Wakrah, en la que se enlaza con un micro que recorre los 5 kilómetros restantes hasta Al-Janoub.

Ciudad de la Educación, el diamante del desierto

El Education City Stadium tiene la capacidad de proyectar luz de diferentes colores a través de una suma de triángulos que forman los patrones geométricos de su fachada. En ese diamante a gran escala, al que algunos insisten en llamar estadio de fútbol, se disputarán seis partidos de la fase de grupos, uno de la ronda de octavos de final y otro de cuartos.

Con capacidad para 40 mil personas, Ciudad de la Educación está construido casi en su totalidad con materiales provenientes de la región, de los cuales el 30 por ciento son reciclados. Entre sus innovaciones, tiene un sistema de riego eficiente para el césped con goteros en línea y burbujeadores montados a ras del piso que permite un ahorro de agua de 55 por ciento. Este estadio reconocido como uno de los más sustentables del Mundial está rodeado de flora nativa y tolerante a la sequía para reducir el consumo del recurso hídrico.

Para un país con 3 millones de habitantes y una extensión menor a la de las Islas Malvinas, ocho estadios con capacidad de hasta 80 mil personas resulta un exceso. Por eso el destino de la mayoría de los recintos está marcado. En el caso del Ciudad de la Educación, la mitad de los asientos desaparecerá y el lugar será utilizado por 8 mil estudiantes de nueve universidades y 11 escuelas. También contará con un área comercial, un centro de conferencias, instalaciones de salud y bienestar. Desde la dirección del estadio precisaron que los asientos removidos serán ofrecidos a países que necesitan infraestructura deportiva.

Queda a 13 kilómetros del centro de Doha y la mejor forma de acceder es a través de la Línea Verde del Metro. La estación Ciudad de la Educación está a solo 500 metros del estadio.

Al-Bayt, una inmensa carpa beduina

El domingo 20 de noviembre cuando Qatar y Ecuador salgan a la cancha para inaugurar el Mundial se encontrarán con un campo de juego abrazado por una gran tienda beduina que contendrá la pasión de 60 mil hinchas. El estadio Al-Bayt es una gran reivindicación de la cultura autóctona de Qatar, a partir de una fusión entre lo tradicional y lo moderno. Además del partido inaugural, se disputarán otros ocho partidos, entre los que hay dos platos fuertes: Alemania-España e Inglaterra-Estados Unidos.

En una competencia en la que todo queda a la vuelta de la esquina, el Al-Bayt es uno de los estadios más alejados del centro de Doha y de difícil acceso. Situado en la Ciudad de Al-Khor, a 46 kilómetros de Doha, es uno de los pocos recintos que no está conectado con la red de Metro. Sin esta opción, los hinchas podrán llegar al estadio de la costa nordeste con los micros que forman parte del sistema de transporte público dispuesto para el Mundial o en auto, en un viaje de 40 minutos por autopista.

El segundo estadio más grande del Mundial –solo superado por el Lusail- toma su nombre de ‘bayt al sha’ar’, que son las tiendas de campaña utilizadas históricamente por los pueblos nómadas de Qatar y la región del Golfo. La estructura imita una carpa gigante y está recubierta por telas exteriores importadas desde Alemania y otras interiores traídas desde Francia.

La parte de los VIP son suites privadas con vista al estadio. En el tercer piso del Al-Bayt hay unas 95 habitaciones que cuestan 22.500 dólares y cuentan con cocina-bar, baño, sillones, servicio de camareros y de limpieza. Quienes compren este paquete tendrán asientos exclusivos para vivir los partidos desde la platea.

Según tienen previsto los organizadores, tras la competencia el recinto será el Hogar del Club Deportivo Al Khor y toda la parte superior será removida para la construcción de un centro comercial, una zona de restaurantes, un gimnasio y un salón de usos múltiples. También abrirán una sucursal del principal hospital de medicina deportiva de Qatar y contará con un parque, pistas para correr y andar en bicicleta y zonas de juegos. El lujo del Al-Bayt es tal que está previsto que parte del estadio se convierta en un hotel cinco estrellas luego del Mundial.

El responsable de diseñar el estadio fue el reconocido arquitecto alemán Albert Speer, hijo de un ministro del nazismo que fue condenado a 20 años de prisión. «He pasado toda mi vida tratando de diferenciarme y distanciarme de mi padre», confesó Speer, quien no pudo ver su obra terminada ya que falleció en 2017.

Al Thumama, entre lo tradicional y lo moderno

El estadio Al Thumama es el resumen de todas las tradiciones qataríes. Su forma es la de un gran gorro gahfiya, una pieza fundamental de la vestimenta local entre los niños y adolescentes, y lleva ese nombre por un árbol típico que crece en el sur de Doha. En este recinto para 40 mil personas se jugarán seis partidos de la fase de grupos, entre ellos España-Croacia y Bélgica-Marruecos, además de un encuentro de octavos de final y otro de cuartos.

Esta obra de arte que parece tejida a mano es también una perla de la ingeniería moderna. Entre sus innovaciones, cuenta con un sistema de refrigeración generada con paneles de energía solar que permiten una disminución de la huella de carbono de la estructura a largo plazo. El techo, que cubre todas las tribunas fue diseñado para que el viento no entre al estadio. El diseño ecológico del recinto garantiza que se ahorre un 40% más de agua dulce en comparación con un estadio convencional.

“Lo bueno del aire frío es que se queda abajo y el aire caliente se va. Hacemos dos cosas: la primera, es echar aire frío desde debajo de los asientos y del campo para generar una de capa tres o cuatro metros. La otra es más complicada, hay que hacerlo con sistemas de túneles de viento e informáticos, porque lo más importante es que el aire exterior no entre al estadio”, explicó Mark Fenwick, uno de sus arquitectos.

Cuando el 18 de diciembre termine la Copa del Mundo, el estadio reducirá su capacidad a la mitad. Todo el predio que lo rodea se convertirá en un centro comunitario con instalaciones para diferentes deportes como básquet, vóley y natación. También construirán pistas para correr, bicisendas y centros comerciales minoristas. Un hotel boutique reemplazará las gradas superiores.

Al Thumama está a 12 kilómetros al sur de la ciudad y se puede acceder por Metro, bajando en la estación Free Zone de la Línea Roja, y desde allí tomar un micro especial para hinchas.

Internacional Khalifa, un estadio con historia

Doha es una ciudad de construcciones aceleradas hechas con el deadline de la Copa del Mundo. En ese frenesí de edificaciones magnánimas sólo un estadio preexiste a la designación de Qatar como sede del Mundial: el Internacional Khalifa. Este recinto inaugurado en 1976 tiene entre sus antecedentes haber albergado los Juegos Asiáticos, la Copa del Golfo, el Mundial de Atletismo y el Mundial de Clubes. Un estadio conocido hasta por la Selección Argentina, que en 2010 disputó allí un duelo frente a Brasil.

En tren de buenos augurios también se puede afirmar que la Celeste y Blanca levantó una Copa del Mundo en este estadio. Allí los dirigidos por José Pekerman ganaron el primer Mundial Sub-20, en 1995, de una zaga que luego se prolongó en Malasia 1997, Argentina 2001, Holanda 2005 y Canadá 2007.

Pegado al estadio hay un edificio de estructura futurista en el que funciona el Museo 1,2,3, donde se puede hacer un paseo por los eventos deportivos organizados por Qatar a lo largo de su corta historia moderna. Entre sus instalaciones también está el reconocido hospital de medicina deportiva Aspetar, el Domo Aspire (el pabellón cubierto más grande del mundo para múltiples deportes) y el Centro Acuático Hamad.

Desde el 20 de noviembre el Internacional Khalifa abrirá una nueva página en su historia. Allí se disputarán cinco partidos de la fase de grupos, entre los que se destacan Alemania-Japón y Países Bajos-Ecuador, uno de octavos de final y el partido por el tercer puesto.

Con capacidad para 40 mil personas, el estadio tiene un diseño ovalado sostenido por dos grandes arcos que son piezas que se mantuvieron intactas tras la gran remodelación de 2017. En esa última obra, colocaron un toldo debajo de los arcos, en el que se apoya la integración del nuevo sistema de enfriamiento. También sumaron otros 12 mil asientos y una red de iluminación LED que refuerza la estructura de una pieza futurista.

El estadio está ubicado a 11 kilómetros del centro de Doha, en el corazón de la Zona Aspire, y los hinchas podrán llegar desde la estación Sport City en la Línea Dorada del Metro de Doha.

Áhmad bin Ali, una joya para el emir

Aunque fue reinaugurado en 2020, el Ahmad bin Ali es un estadio con historia. Fue construido originalmente en 2003 en honor al emir de Qatar entre 1960 y 1972. Con el Mundial en el horizonte, en 2014 se decidió su demolición y seis años después fue reinaugurado en el marco del Día Nacional de Qatar. Este estadio con capacidad para 40 mil personas es la casa del Al Rayyan, uno de los principales animadores de la liga de Qatar. En ese equipo brilló “Lucho” González entre 2013 y 2015.

Situado en la ciudad de Al Rayyan, que es reconocida como la puerta de entrada a la inmensidad de las dunas, en este recinto se disputarán seis partidos de la primera fase, entre ellos Inglaterra-Gales y Bélgica-Canadá, y otro de octavos de final. Después del Mundial seguirá siendo el hogar del Club Deportivo Al Rayyan, mientras que toda la parte superior será removida para reducir su capacidad a la mitad.

Áhmad bin Ali no contiene sólo un estadio de fútbol, entre sus instalaciones también hay campos de cricket, un parque infantil, un gimnasio al aire libre, un centro acuático, canchas de tenis, un parque de patinaje y una pista de atletismo.

Aunque está ubicado en las puertas del desierto, 15 kilómetros al oeste de Doha, se puede llegar al estadio vía el Metro de Doha, por la estación Al Riffa de la Línea Verde.

*Nota publicada en Clarín

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