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Una nueva entrega de Mardones. En la oportunidad, la curiosidad hacia el Críquet.

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Una nueva entrega de Mardones. En la oportunidad, la curiosidad hacia el Críquet.

Después de haber investigado sobre el croquet, Mardones se quedó con ganas de indagar acerca del criquet. Recordó que algo había leído del deporte en un viejo libro de aventuras que le había dado su abuela cuando era chico. Esas novelas clásicas en las que siempre hay un héroe que explora el mundo en busca de acción y misterios. En uno de los capítulos, el protagonista viajó a India y allí presenció un juego de criquet.

El criquet es uno de los deportes más tradicionales del Reino Unido.

El partido lo disputaban un equipo local y un conjunto británico. Una de las cosas que más se destacaba en la novela fue el festejo enfervorizado de les hinchas hindúes cuando los locales consiguieron la victoria. Como siempre en este tipo de libros -bastante occidentales y con cierto corte imperialista-  el protagonista cuenta con la ayuda de un nativo que lo guía a través de las costumbres y leyendas de su pueblo. Este personaje era el encargado de explicarle al héroe las razones de la celebración.

Si bien en India el criquet es un deporte bastante popular, su origen no tiene nada que ver con las tradiciones de esa cultura. La disciplina fue llevada allí por quienes conquistaron esos territorios durante el proceso de expansión europea: los ingleses. Primero fueron los marineros ingleses los que lo jugaban y luego se sumaron los colonos. Al principio, los europeos eran les únicos que tenían acceso a los clubes para poder jugarlo.

El nacimiento del críquet se ubica, según la historia oficial, en Inglaterra alrededor de los siglos XIV y XV, aunque hay registros que indican que podría ser anterior. Para el siglo XIX la disciplina era considerada una de las principales en el imperio británico y la que más representaba los valores de la cultura inglesa. En algunas de sus colonias, lxs misionerxs impulsaban su práctica para que los colonizadxs tuvieran un lugar en el cual gastar algo de energía y de paso, adquirir algunos de los rasgos de la British Culture.

Con el correr del tiempo, el críquet fue transformándose en las distintas colonias. Dejó de ser el deporte que jugaban los blancos y blancas mientras los demás miraban. Los procesos fueron distintos según las colonias. En India, primero pasó a ser jugado por las élites locales y luego -independencia de por medio- se volvió más popular. Allí, el criquet dejó de ser un símbolo de los valores británicos y pasó a convertirse en un terreno de disputa, en el cual se puede vencer a los conquistadores. De ahí que los hindúes festejaran eufóricamente el triunfo ante los británicos en la novela.

Otro de los lugares en donde el críquet tuvo un gran impacto fue en las colonias británicas caribeñas. Por ejemplo en Trinidad y Tobago. Allí, luego de la independencia, el deporte dio lugar a una nueva disputa simbólica, no ya ante los colonizadores, sino entre los dos grupos étnicos que componen la población de la isla. Ls afrotrinitenses y los indotrinitenses. 

El críquet es uno de los principales deportes en Trinidad y Tobago.

En cuanto a las reglas, el críquet es similar a otro deporte que fue importado al Caribe, pero en este caso, desde Estados Unidos: el béisbol. Entre ambos hay conceptos y lineamientos compartidos. Se podría decir que son primos lejanos, de esos que se ven una vez cada tanto, en casamientos y velorios.


Al igual que en el béisbol, en el críquet se gana haciendo carreras, pero tiene reglas un poco más complejas. Por empezar el bate es bien distinto. El de críquet es plano, como si fuese una tabla de esas que se ven en las panaderías, solo que más corta y con una cara curva.


El equipo bateador es el que intenta anotar las carreras. Los bateadores juegan en parejas y se ubican, enfrentados, en dos extremos. Estos están marcados por arcos (Wicket) de madera, esos que se parecen a los que vienen en los juegos para chicos y se derriban ante el mínimo roce. Entre los dos bateadores se posiciona el lanzador.

El o la bateador/a que se encuentra en ese momento en el extremo de inicio (striker end) intentará golpear la pelota y mandarla lo más lejos posible. Mientras el equipo que defiende intenta tomar el balón, ambos bateadores empiezan a correr de un extremo a otro, intercambiando sus posiciones. El acto de llegar los dos al otro extremo, produce una carrera. Si la pelota es bateada lo suficientemente lejos, se pueden anotar más carreras yendo y viniendo a la otra punta hasta que la pelota sea devuelta hasta uno de los extremos. El bateador que termina en el striker end es el que se enfrenta a la siguiente pelota.

El equipo que lanza intenta no sólo restringir el número de carreras, sino también eliminar a los bateadores del equipo contrario. La pelota es lanzada desde el non-striker end por el pitcher y es recogida por un defensa (fielder). Un conjunto de seis lanzamientos constituye un over. Una vez que un lanzador concluye sus seis envíos es reemplazado. Cada vez que un bateador es eliminado (out), uno nuevo entra a formar pareja con el/la que no ha sido eliminad/a.

La entrada finaliza cuando no es posible formar otra pareja; normalmente cuando se eliminan diez bateadores de los once. Una vez acabada la entrada, los papeles se cambian y el equipo que boleaba se convierte en el bateador y viceversa. Hay diversas maneras de hacer de hacer un out, pero la más conocida quizás sea la de derribar los wicket que están detrás de el bateador.

Después de la investigación, Mardones se quedó bastante impresionado con la cantidad de las implicancias que un deporte podía tener en las sociedades. En algunas de las ex colonias británicas el críquet, más allá de una disciplina, es un ámbito en el cual se ponen en juego cuestiones históricas, étnicas e identitarias. Por eso los hindúes festejan cada carrera que hacen los suyos ante los ingleses, como los argentinos celebraron los goles de Maradona en el ´86.      

Por Agustín Hurtado – Comunicador y docente universitario.    

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